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Un suspiro.

Akkun se giro a ver al pelinegro que miraba hacia la nada como si fuera lo mas interesante en el mundo.

Otro suspiro.

Hina miro con preocupación a su compañero docente.

Takemichi después de lo sucedido en la oficina con todo el tema de sus alumnos había estado distraído estos días.

¿Cómo podía convencer a Hanemiya que se disculpara con Sano? y lo mas importante.

El contexto de lo sucedido, ¿Cómo iba a arreglar todo embrollo si nadie le quería contar que había sucedido?.

-Pareces preocupado Hanagaki sensei- comento Makoto.

-Lo estoy- murmuro desganado y apoyando su frente en su escritorio.

Los demás se miraron entre ellos.

-Vamos Hanagaki kun, estoy seguro que se les pasara pronto, estoy seguro que se habrán peleado otra vez- trato de consolarlo Hina.

-Te equivocas Tachibana sensei, ellos pueden armar problemas con todos pero entre ellos nunca- dijo Takuya mientras dejaba de escribir.

Akkun asintió mientras observaba el estado de su peinado en su espejo de mano.

-En estos años que llevo aqui nunca he visto un conflicto entre ellos, parecen ser muy unidos..

-De nada sirve que me digas eso Akkun, cuando ahora ellos están peleados y no pueden verse ni a los ojos, ¡ni siquiera soportan la presencia del otro!- se quejo el pelinegro con desesperación.

Si Manjiro estaba en clase, Kazutora no lo estaba y si Kazutora estaba en la clase el otro no. Estaba harto de la situación, incluso había pensado en chantajear al Sano con dorayakis para que entregara la carta de disculpa.

Y el problema es que solo tenia hasta mañana para entregar la dichosa carta al director, si no Manjiro seria expulsado.

Y Takemitchy no quería eso.



Takemichi llego a casa  para encontrarse con un Inupi con la cabeza vendada.

-¡Dios!, ¿Qué te paso?- cuestiono preocupado, tomo el rostro del rubio entre sus manos observando unos cortes por ahí y por allá.

Inupi estaba rojo como un tomate, mientras se dejaba tocar por el menor.

-Ha sido culpa mía Takemichi dono- se lamento Kokonoi, dando un paso para adelante- trabajando en el jardín se cayeron unas piezas del tejado, Inupi se percato y me aparto pero no le dio tiempo para esquivar las tejas.

Los ojos azules se desviaron hacia donde estaba Kokonoi.

-Es que eres muy lento- se burlo el rubio.

-¿Y tu estas bien?- pregunto soltando suavemente el rostro de Inupi.

Kokonoi asintió a la vez que la puerta de la entrada se abría dejando ver a Rindou y a Kakucho.

-¿Como sigues Inupi?- pregunto el de cicatriz.

-Ya mejor, gracias por preocuparte por mi- murmuro.

-Esta noche nosotros haremos la guardia, Kokonoi asegúrate que Inupi duerma bien hoy- sugirió Rindou mientras se desabrochaba la chaqueta y se arremangaba las mangas de su camisa.

-Claro, cuenta conmigo.

-Bueno nosotros nos vamos, buenas noches Takemichi dono, líder- dijo Kakucho a la vez que Rindou y el hacían una reverencia y se iban.

GokusenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora