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Renacimiento

Como humanos, tenemos la capacidad innata de adaptarnos a todo lo que nos rodea, sean condiciones meteorológicas, de relaciones interpersonales, emociones o situaciones pasajeras.

Claro que hay situaciones en las que nos quedamos un poco más de lo normal, tratando de comprender o hallar una razón del porqué sucede o el porqué pasó.

Al final, lo que nos permiten estás situaciones es una expansión en nuestra consciencia, en nuestra mente presente.

¿Para qué? Para evolucionar más y más.

No venimos a este mundo con un manual de cómo hacer las cosas o de cómo reaccionar frente a determinadas situaciones o personas. Y podemos decir que a nivel instintivo (dejando a un lado las creencias o programas con los que creciste), siempre sabemos qué hacer.

¿Qué nos lleva a actuar de una manera u otra? El querer experimentarnos en esta realidad.

Te coloco un ejemplo simple: ¿Cómo sabes tú que el fuego quema? Porque ya te has quemado. ¿No?

Ahora bien, si dejaras a un lado todo lo que sabes del fuego y llega una persona y te dice: "El fuego quema", y tú no sabes cómo es, o no lo has visto, ¿Cómo crees que el fuego quema?

Es ahí donde entra la experiencia. Hasta que tú no veas el fuego, hasta que tú no sientas cómo aparte de brindarte calor puedes quemarte si dejas tu mano más de un tiempo determinado, hasta ese punto no habrás experimentado el fuego.

Esto es lo que sucede realmente en todo lo que nos rodea. Todo nos lleva a experimentarnos, a evolucionar nuestra consciencia.

De ahí el título de este capítulo, pero, ¿qué tiene que ver con renacimiento? Todo.

Tú crees tener la misma consciencia frente al mundo que tenías hace 5 años, y claro, son tiempos diferentes y demás, pero Hoy y Ahora has renacido.

Siempre estás dejando atrás algo, en cuanto a tu pensamiento, reacción, forma de ver las cosas, sentir, amar, desear e incluso proyectar. Siempre estás naciendo de nuevo, cada día al despertar. Siempre estás teniendo una nueva oportunidad de hacer las cosas diferentes por esa vida soñada.

Se vale renacer. Se vale vivir. Se vale Ser.