•FINAL•

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Hacía mucho tiempo que no comía esto, está delicioso.—Dije al dejar los cubiertos de metal sobre la servilleta que estaba encima de la mesa.—Quedé satisfecha. Realmente eres un muy bueno cocinando.

Asher me mostró una leve sonrisa que puedo admitir, era genuina.

—Me alegra escuchar ese de ti, Ann. No soy una persona que sabe mucho de cocina. Todo lo que sé es gracias a mi madre, ella sí que era una experta en hacer comida muy deliciosa, lastima que mis platillos no le llegarán ni a los talones.

Noté el rostro de tristeza inmensa que cada día se expande cada vez más y más en su rostro.

Entendía su agonía y la preocupación que el estaba pasando.

—No sé si pueda preguntarte... pero, ¿Las autoridades han sabido algo de tus padres?—Cuestioné tartamudeando.

Él tragó saliva de manera inmediata al terminar de escuchar lo que había dicho.

—No, no los han encontrado, solo hay algunas pistas, como cabellos, un pedazo de abrigo de mi mamá a unos metros de mi antiguo hogar. Nadie vio nada. A pesar del gran ruido que se pudo generar, nadie tiene una pista importante.

Mis manos estaban puestas sobre la mesa, dónde tenía mi dedo índice dando pequeños golpes suaves sobre el vidrio.

El ambiente de tranquilidad que se formó en ese momento, se interrumpió por el sonido de la puerta abriéndose. Nos levantamos de inmediato sin hacer mucho ruido. Logré desenfundar mi pistola y caminamos hasta llegar a la sala.

Le señalé el camino a Asher para que el pueda llegar más rápido a la escena. Caminé detrás de él hasta llegar a la pequeña habitación que tenía una ventana, en la cuál se podía ver quien entraba y quien salía.

Llegamos y nos agachamos detrás de un pequeño escritorio. Era perfecto ya que nos escondía a la perfección.

—Ten lista tu pistola, estos imbéciles pueden tener armas más grandes—Me avisó sutilmente.

Unos pasos con demasiada prisa se estaban acercando en dónde nosotros teníamos nuestro pequeño refugio.

Los pasos eran furiosos y agresivos, queriendo encontrar a su presa lo más pronto posible.

—Van a abrir la puerta, cuidado.—Mencionaba con furia.

Escuché el retumbar del sonido de los pasos en toda la casa. Sostenía mi pistola con mucho nerviosismo, no podía apuntar con claridad, ya que mis manos empezaban a temblar.

Después de unos segundos de escuchar los pasos, todo volvió a ser silencioso nuevamente.

Lo único que podía sentir eran los latidos de mi corazón acelerados. Mi respiración estaba siendo entrecortada debido al nerviosismo.

Asher y yo contra otras... ¿Diez personas?

—Van a entrar.—me dijo.

La puerta se abrió y pude ver a la persona que entró con agresividad.

—¡Sorpresa!—Gritó Sumiko.

Asher y yo pudimos controlar el no disparar, pero eso fue muy arriesgado de su parte, ¿Que hubiera pasado si alguno de nosotros dos hubiésemos disparado? ¡Ella habría muerto!

Si que esa señorita es una fastidiosa, pero... La amo muchísimo, como a cualquier integrante de nuestro bando, ¿Saben?

Ella me regaló un pequeño pastel por el aniversario de Asher y yo. Lo tomé con mis manos y el imbécil de Ackerley metió el dedo sobre el betún, las chicas le recriminamos eso, pero el solo ríe, típico de él.

T H E R E W A R D © [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora