•CAPITULO XIX•

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A pocos metros de llegar al coche, Asher soltó mi mano para abrir la puerta del copiloto, el notó el dolor y los cortes que me hicieron daño en la espalda. Tomé asiento mientras el, cerró la puerta.

Entró en el asiento del conductor y Sumiko en el asiento trasero. Estoy tratando de quejarme lo menos posible, pero pequeños sollozos salen de mi boca sin querer, recalcando el dolor que sentí en esos momentos a los chicos.

—Llegando te revisaremos, puede ser que algún corte haya sido profundo.—Dijo Ackerley mientras colocaba vendas en las heridas.

—Bien, así déjalo, llegando al departamento lo veremos con mejor detalle.—Confesé mientras aún gemía de dolor.

Podía resistirlo, he sufrido cosas peores que esto, pero sin duda, es uno de los que más me ha costado soportar.

Asher arrancó el coche rápidamente y avanzó por un atajo que el dijo que conocía a la perfección.

—Tus vendajes me están ayudando, pero aún me duele.—Dije mientras lo volteaba a ver.

—Aún así es importante revisarlo, puede ser que te provoquen alguna infección o algo por el estilo y no queremos eso, ¿Verdad?—Cuestionó Sumiko preocupada mientras veía mi rostro.

En ese momento, saltaron lágrimas que no pude contener lentamente por mi rostro, aquella sensación de preocupar a las personas de tu alrededor, es algo que pocas veces he sentido en toda mi vida.

Asher extendió su mano y con su dedo índice removió aquellas gotas que rodaban delicadamente por mi piel.

—Recuerda que siempre estaremos para ti, Annie. No permitiremos que nadie te toque o intenté hacerte daño, es lo mismo para todos los integrantes. Se que te puedes defender, de igual manera, créeme que es por qué te apreciamos mucho. —Mencionó Sumiko mientras rodeó su brazo en mi cuello, pegando su cabeza en contra de la mía.

El siguió avanzando con una velocidad media mientras buscaba desesperadamente nuestro refugio.

Pegué mi cabeza en contra del asiento en dónde me encontraba, así, cerrando mis ojos lentamente, mientras veía el cielo oscuro y las estrellas resplandecer en nosotros.

—Dormiré unos minutos, quiero descansar, chicos.—Afirmé mientras mis ojos se volvían más cansados cada segundo que transcurría.

Mis amigos preguntaron algunas cosas, pero me fue imposible entender que era lo que preguntaban.

***

Mis ojos se abrieron por unos pequeños ruidos que provenían de un zapato golpeando su suela contra el suelo rápidamente.

A mi derecha estaba Asher, estaba cruzado de brazos, el era el causante de esos ruidos. Al darse cuenta de que desperté, se levantó inmediatamente y se dirigió conmigo.

—Tranquila, no hagas esfuerzo. Por eso me encuentro aquí, realmente tienes que quedarte acostada.

Me sentí libre por dentro, tenía puesto un suéter bastante holgado, que ni siquiera mis manos podían salir de las mangas de este por lo largo que era.

Vi mi sujetador colgado en un perchero. Crucé mis brazos en la parte del pecho para evitar que se viera cualquier cosa comprometedora.

—Lo siento por no decirte antes, fue Chelsea quien lo sugirió y lo hizo. Realmente yo no tengo mucho que ver, ella dice que es más cómodo dormir y descansar sin el sujetador puesto.

—Me lo hubieras dicho antes, tonto.—Dije un poco molesta.—Aunque no sé si seas algún tipo de pervertido. Ella me las pagará.

El ríe levemente mientras me mira.

T H E R E W A R D © [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora