Aprender a ser valiente

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Jake

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Jake.

Madyy simplemente se fue...

Al ver sus lágrimas quería abrazarla y ser como ella me lo pedía, pero ¿Como hago eso? ¿Como cambio lo que creo que esta bien o lo que soy?

Las relaciones nunca han sido lo mío y es obvio que no se que hacer en un momento así. Las películas siempre te dicen que vayas tras ella, pero el ir tras ella implicaría un sacrificio. Sería meterla a mi mundo, manchar el suyo y no sé si podamos soportar eso.

—¿Te dejó? —pregunta Peter acercándose a la puerta de mi habitación.

—¿Es esto lo que querías?

—La verdad es que si —responde sin ningún tipo de vergüenza apoyándose en la puerta.

Peter siempre ha sido como mi hermano pero debo admitir que en momentos como este me dan ganas de darle un puñetazo en la cara.

—¿Por qué diablos Peter? ¿Por qué mierda no me dejas tener una relación? —le grito ya que de alguna forma debo desechar mi ira —¿Alguna vez me metí en tu relación con Mathew? ¿Por qué mierda no me dejas vivir mi puta vida?

—Es lo mejor Jake.

—¿Lo mejor? Entiendo que no te gustara Mary, bien, era una adicta pero ¿¡Mandy!? ¿Por qué? ¿Que tiene de malo maddy?

—¿Crees que el problema es ella?

—¿Entonces cuál es el puto problema?

—El problema eres tu Jake. Me habías dicho que todo iba a cambiar, que querías tener un futuro. Estabas bien con tus terapias pero llega Maddy y lo dejas todo.

—¡Lo deje parqué ya estaba bien!

—Si estas bien ¿Por qué volviste a heriste? ¿Por qué te llevaron al hospital por un ataque de pánico? —grita enfadado —¡Maldita sea Jake! maddy no es tu puto psicólogo. No será como cuando tenías 9. Ella no solucionará tus putos problemas. Arregla tu vida y después sal con quien diablos quieras.

Quedo en silencio ante sus palabras. No tengo respuesta ya que me disparó con una pistola cargada de verdades que cumplieron perfectamente su propósito.

Vi a maddy como una excusa, una excusa para abandonar mi proceso de cambio. Era agotador y hay tantas cosas que no puedo enfrentar.

Pase prácticamente todo mi verano en una clínica. Me retuvieron allí literalmente para que no me mate. Me dije a mi mismo que todo sería diferente, que mi vida cambiaria.

Ahora tengo todo lo que siempre soñé. Amigos geniales, una linda novia y no estoy en detención cada maldito sábado ¿Entonces por qué nada de eso es suficiente?

«¿No debería ser completamente feliz ahora? Incluso sin la doctora Martines?

—No se que hacer —digo acostandome y cubriendo mi rostro con la almohada.

El nuevo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora