Jake y Maddy eran inseparables. Su amistad era de esas en las que nada sin el otro parecía ser lo mismo, y cuando se prometieron estar juntos para siempre en la mente de ambos era el mínimo tiempo posible para los dos. Lamentablemente el tiempo pas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Se que llegaste a esta escuela hace poco y esto puede resultar un poco agobiante para ti —dice la directora, tomando mi mano y mirándome con lo que intenta sea un rostro confiable. Cosa que se arruina cuando giro la mirada y veo el rostro de enfado del padre de Jack
—Maddy —pronuncia para volver a llamar mi intención.
—¿Si? —respondo volteando rápidamente hacia ella. Tratando de ocultar lo mejor que puedo mis nervios.
—Se que sabes que fue lo que sucedió con Jack —sujeta ya un poco más firme mi mano— ¿Por qué no nos dices?
—¿Qué debería decir?
—¿Por qué no comienzas diciendo si en verdad esos dos golpearon a mi hijo? —suelta el papá de Jack enojado. Refiriéndose a a los dos pobres diablos quienes están a fuera esperando su sentencia. Esto hace que la directora suelte mi mano y trate de calmarlo. Por alguna razón el que me soltara me hace sentir más libertad así que aparto mi mano de la mesa.
—Nuestra escuela ya tiene una historia con el acoso y lamentablemente no termino bien ¿sabe por qué? —pregunta dejando de lado su intento de ser confiable y adoptando una posición más imponente.
—Ilumíneme.
—Todos encubrieron a los agresores y penas el chico murió todos hablaron. No quieres que una tragedia así vuelva a suceder ¿Cierto? —me mira a los ojos de manera un tanto amenazante.
Esta situación me sobrepasa completamente, por un lado quiero ayudar a Jack, ya que es un buen chico, pero Jake es mi amigo y no lo puedo traicionar de esa manera.
—¿O si lo quiere? —interrumpe el hombre a mi lado.
«Pobre señor está perdiendo la cabeza».
—Por favor cálmese ella nos dirá todo. Señorita McCain lo que diga aquí será entre nosotros. Nos aseguraremos de que nada le pase —explica volviendo a tratar de ser amable tras ver mi obvia incomodidad.
«¿Qué se supone que haga en esta situación?»
—¿Nos contará todo? —pregunta mirándome directo a los ojos.
—Si... —respondo dudosa.
Que decir y que no decir es lo único que pienso. A la vez que descifro la trampa en la que estoy... Nunca fui una cobarde, así que no me queda de otra que enfrentar esta situación de manera valiente. Y no dejar que estas dos personas me intimiden.
Tomo una bocanada de aire antes de empezar a hablar. Y por primera vez desde que entre a la sala miro a la directora a los ojos, sin dejarme intimidar.
—¿Cómo me protegerá?
—¿A que te refieres?
—Dice que si hablo usted me protegerá ¿Cómo lo hará?