El mejor día de mi vida.

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Ya van como quince veces que revisa su celular, o tal vez cincuenta; su cerebro en huelga de funcionar no podría ni hacer una simple ecuación de geometría avanzada. Camina en círculos y está a nada de hacer un agujero en la cera.

- sigo sin creer que haga esto - murmuró para sí mismo - Baymax, activa "modo traductor".

- activando.....modo traductor encendido.

- Miguel Rivera es un dolor de muelas - y eso que era apenas una de sus frases que tenía para describir al cantante. Con de la Cruz tiene unas más creativos.

- Miguel Rivera es un dolor de muelas - tradujo exacto el robot.

Por un momento pensó que Tadashi iba a poner un filtro, pero corroborado esto debía de tener cuidado con lo que decía. Honey fue muy directa a recordarle que iba ser de él si era grosero con el cantante.

- no gracias, quiero vivir - pensó en voz alta. Y el robot otra vez tradujo con perfección las palabras de Hiro.

- ¡Hola, Hiro! - lo saluda él hartante y parlanchín mexicano.

"Y inicia la pesadilla", puso los ojos en blanco y esforzó su mejor cara.

- y...woaw - está por presentarse en el mejor inglés que podía dar hasta que quedó mudo por el alto y enorme malvavisco que tiene enfrente.

- ¿Un malvavisco humano? - pensó en voz alta y escupiendo las palabras sin cuidado alguno.

Después de traducir para Hiro, quien hubiera reído de no ser que estaba en modo amargado, el robot se presentó ante el cantante.

- Hola, yo soy Baymax. Asistente médico personal...

- ¿Hablas español? - interrumpió Miguel.

Una breve pausa y el robot siguió con su presentación.

- fui programado el día de hoy para ser tu traductor personal. Honey también ofreció que puedo ser tu traductor durante tu estadía en San Fransokyo.

- ¿Honey, qué?

Intrigado por la mención de la castaña, el joven genio preguntó sin dudar qué era lo que acababa de decir.

- no es necesario, voy a estar varios años y debo de aprender el idioma sí o sí.

Miguel fue ignorado.

Baymax tradujo todo. Hiro necesito un momento para no tener que perder la compostura: ser llevado a base de mentiras y forzado a ver el concierto, soportar al parlanchín y a la alimaña en la cafetería, tener ahora que mostrarle el campus y quieren quitarle a su robot. Aunque la creación es de Tadashi originalmente, sigue siendo su robot y mejor amigo.

- empecemos de una vez con el recorrido. Hay mucho que ver - da la mejor sonrisa mientras su vena amenaza con explotar en cualquier segundo.

- de lujo - dijo Miguel para seguir a la cabellera despeinada del genio.

Justo como lo espero, Rivera es un idiota ingenuo. Cualquier mentira que decía para divertirse el bobo se le ilumina la mirada y no para de creerse cada una de ellas, en cierto punto es gracioso, pero no para de ser molesto. Que chiste es molestar a alguien y querer hacerlo quedar en ridículo, si solo con respirar es un chiste que hace morir a todos a carcajadas.

"Por favor que San Fransokyo se ponga en peligro y yo pueda escapar de esta pesadilla".

Tan desesperado está que quiere que llegue algún villano que quiera destruir la escuela, deje al cantante en un almacén y pueda hacer su trabajo. Lleva toda una hora rogando y sus ruegos simplemente no son escuchados.

- y aquí tenemos el aula donde tú vas a estudiar - ya sin importarle nada, contesta con mala gana y desinterés puro.

- wow, es la sala de música más grande que he visto en mi vida.

Da giros mirando cada instrumento, con una enorme y boba sonrisa, vaya novedad. Aburrido espera que Rivera termine de pasear por toda la enorme aula de música, sus ojos están por ser únicamente blancos de tanto que los rueda. Aunque sería aterrador y nadie se acercaría a él; definitivamente sería una buena idea que considerar.

- ¡Genial, una guitarra! - grita el mexicano con emoción y corriendo hacia el instrumento que descansa en una base especial para el susodicho.

"No, son maracas", Hamada se burla en su mente, donde vuelan aún más burlas e insultos hacia el cantante.

Como si no tuviera suficiente desde el primer encuentro.

Pero las risas acaban.

Miguel se deja llevar por las cuerdas y toca la primera canción que aparece en su biblioteca mental, una melodiosa, lenta y tranquila melodía que relaja todo alrededor; los animales susurran, el viento se mueve en cámara lenta y los árboles están bajo el ritmo. Y el corazón del amargado asiático late al ritmo de la canción.

Minutos que fueron eternos, y cuál encantador de bestias, Hiro se sienta en uno de los tantos asientos que hay en el aula y así admira con mejor detalle el concierto privado que ahora el mexicano le da. En todo ese tiempo Rivera mantuvo los ojos cerrados y al terminar la última nota los abre finalmente; ambas miradas conectaron, Hiro aún con una expresión de asombro total y dicha expresión de niño asombrado hizo sonreír al cantante.

- no hay nada mejor que hacerlo a la antigua - dijo con una enorme sonrisa mostrando sus dos hileras de dientes.

El joven genio reaccionó y en su interior observó aterrado como se había encantado de la música del mexicano. Tratando de recoger su dignidad se levantó de la silla y soltó un desértico.

- tenemos que seguir.

Rivera quedó desconcertado, puso una mueca de auténtica sorpresa pero aún así dejó la guitarra y fue a seguir la melena desaliñada. Varios metros el silencio reina en ambos jóvenes; y esta maldita curiosidad hace que Hamada tenga una migraña atroz. Hoy como odia su curiosidad.

- ¿Cómo aprendió esa canción?

Hasta ahora el cantante tenía la mirada agacha y expresión de perrito regañado, pero no hay diferencia entre el animal y el mexicano; en realidad jura haber visto sus orejas levantarse y como una cola imaginaria ahora se mueve con entusiasmo.

- llevo casi un mes aquí y quería aprender de la cultura, aunque claro me concentré más en la música, pero eso no signifique que la demás cultura sea aburrida. En realidad, San Fransokyo es increíble, además me gusta la nieve, bueno nunca la he visto en persona, pero se ve linda en fotos.

Hiro lo golpearía de no ser que quisiera la bendita respuesta. Al parecer es imposible para el mexicano contestar con una respuesta corta y directa.

- pero sobre la canción. Es la canción más popular de esta zona y si mal no recuerdo es una canción de cuna para niños. El autor...

- no es necesario el detalle, solo quería saber cómo aprendiste la canción

La boca del extranjero se cerró, pero eso no duró.

- ¿Por qué preguntas, Hiro?

Él de cinco años llorando desconsoladamente y Tadashi cantando esa canción calmando su malestar. La vez que regresó de la escuela y un niño lo había empujado tan duro que se lastimó el codo, tía Cass mientras le curaba su brazo le cantó esa canción. Y también la memoria tatuada de su hermano diciéndole que esa canción era la favorita de sus padres para dormir.

- se me hacía familiar, es todo - es lo único que contestó

Siguió mostrando zona por zona, fingiendo que ese momento en el aula jamás pasó y fue muy feliz cuando ambos se fueron por caminos opuestos.

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 5. 𝓕𝓲𝓷

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