Ya no quiero ser héroe.

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La directora Granville la pereza la ha ganado con los papeles: firmas interminables, permisos que debe dar autorización y los fondos para la próxima feria infantil. Suspiró muy fuerte, se dió un segundo para estirar su cuerpo y seguir con el trabajo enfrascada.

Y su cansancio empeoró cuando la puerta fue tocada. Lo que le faltaba, una reunión sin previa cita y probablemente un estudiante que piensa que puede interrumpir a cualquier hora del día. Solo espera y sea una emergencia, al menos su tiempo no habrá sido gastado en vano.

- adelante - firme invita a su despacho.

- buenos días directora Granville - Hiro sale del otro lado con una voz que a duras penas se hace notar.

Apenas cayó Hamada en su rango de visión dejó todo a un costado y recargo los brazos en la mesa de madera.

- espero no haber interrumpido algo.

- para nada, Hiro. Sólo unos papeles que llenar, pero pueden esperar - se inclinó ligeramente hacia adelante y le sonrió al decaído chico que mantiene una mueca triste - que puedo hacer por tí.

Hiro juega con las mangas de su suéter y exhala antes de hablar.

- quisiera tomar la semana de vacaciones que me propuso por...

No tiene ni la fuerza para decirlo en alto.

- la semana de vacaciones - Granville se lo hizo fácil y mejor fue hacia un tema menos doloroso para el joven genio - por supuesto, Hiro ¿Quieres empezar desde mañana?

- en realidad, pensé que podría iniciar desde hoy.

- el día que tú quieras, Hiro - la mujer amplió aún más su sonrisa.

- gracias directora Granville - dio una reverencia y dio media vuelta para irse.

- hay que ser muy fuerte señor Hamada - el mencionado se detuvo en el umbral - siempre sale el sol después de la tormenta. Aún cuando sean malas noticias...uno tiene que seguir.

Su mano en el marco de madera se contrajo y el asiático miró hacia su maestra.

- ¿Cómo puedo hacerlo?...vivir sabiendo que no veré jamás a Miguel.

La mujer de tez negra relamió sus labios antes de contestar.

- perder a alguien que amamos demasiado, incapaces de verlo, una razón que lléva a muchos a la muerte. Y eso es porque transformaron esos momentos felices en tristes, no hay que olvidar la verdadera naturaleza del recuerdo señor Hamada.

- pero...y si fue mi culpa - Granville abrió sus ojos - ¿Si fue mi culpa que ahora él esté en ese hospital?

La directora se tomó un momento para procesar la información y contestar.

- ¿Tú jalaste el gatillo? - Hiro volteó confundido - ¿Fuiste tú la razón de que ocurriera el triste acontecimiento?

- quería vengarse contra mí, y arruinaron la vida de la persona más buena del mundo.

- disculpa, ¿Qué fue lo último que dijiste?

- gracias por las vacaciones directora Granville - dijo y cerró la puerta.

Dejando a la mujer suspirando en su escritorio.

- gracias por su compra - le entrega la bolsa de cartón y el hombre feliz se va con los tres paquetes de donas y charola de cuatro cafés.

Cassandra suspira y deja respirar a su cuerpo un momento. Tadashi en ese momento baja con el plato de guisado tal y como lo dejó en la mañana.

Ambos se miraron y resoplaron. Acomodó el plato en la barra cuando su pulsera comenzó a brillar y vibrar.

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