¿Amigos?

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Desde ese día Hiro fue exactamente igual con de la Cruz, y ahora tenía una forma de pegarle al orgullo al quitarle el título de "el más grande", por supuesto que es un ridículo motivo para enojarse, pero lo puede usar a su favor y eso es lo que importa.

Con el otro mexicano fue algo muy diferente.

Ahora Miguel tiene mucho para practicar desde que obtuvo el número del asiático para dudas; hasta lo repitió. Pero para lo único que lo usa es: para preguntar sobre él, mandar le memes, etiquetarlo en publicaciones y además de pedir opinión con su música: eso último lo hace sin pizca de duda o queja alguna.

Hiro tuvo que poner una notificación de guitarra para el mexicano para distinguir entre tantos mensajes. Definitivamente este chico no puede estar callado por más de quince minutos.

- tu que piensas, ¿Estoy listo?

Ya van dos meses desde su enseñanza, un mes de tener sus mensajes llenos de Rivera y esta semana para que ambos compartan sus días en llamadas de una hora.

- pues te escuchas decente. Es un avance, pero no cantes victoria todavía Miguel.

- la práctica lo es todo, lo sé - repite divertido, acompañado de unas risitas.

- oye, no me copies.

- nah, jamás ofendería a mi profesor favorito.

Aún sin verlo sabía que sonreía y él sonrió junto con Miguel.

- muy bien bilingüe, llegó en unos minutos.

Está casi todo, cuadernos y libros: los de química llaman mucho la atención del mexicano.

- bueno, sobre eso...

Alzó una ceja. No suele cancelarlo al menos que su manager venga con una entrevista sorpresa, y para eso lo hubiera sabido desde ayer o unas horas antes.

- ¿No se supone que un café debe estar abierto todo el tiempo?

- ¿Qué? - pensó Hiro en voz alta, sacando su confusión con la pregunta que salió sola de su boca.

- ehh, Hiro - Tadashi lo llamó desde abajo en el café - ¿Por qué Miguel está aquí?

- ¡¿QUÉ?! - su grito llegó hasta su hermano.

Sus ojos se pusieron como platos, su boca casi se safa de su hueso y él se mueve por puro reflejo. Corrió hasta casi caer de las escaleras y vio con asombro total al cantante aún con el teléfono en el oído y saludándo lo con una sonrisa culposa.

- ¡Miguel! - grito horrorizado.

Sin tía Cass el café debe de cerrar, pero todos en sus juegos de llaves tienen para la cerradura de las puertas del café

- ¡¿Qué demonios haces aquí y solo?! - poco discreto, grita mientras lo mete de un empujón hacia dentro del café y sabe que ningún guardaespaldas lo acompaña porque no fue el jefe del escuadrón quien tocó la puerta.

- bueno, me suelo escapar mucho de los guardaespaldas. Pero no me animé porque ando en barrio ajeno - con ver la ceja levantada y la mueca de Hiro, el cantante tuvo que cambiar sus últimas palabras - estoy en un lugar que no conozco, no me atreví a explorar por eso.

- ¿Cómo sabías dónde encontrarnos? - pregunto Tadashi en un perfecto español.

- una vez vine acompañar a Hiro cuando lo trajeron, aprendí las calles y el resto fue fácil - respondió el cantante con un fluido y buen ejecutado inglés.

Si no fuera esta situación el maestro de inglés le daría varios elogios a su buena dicción y excelente ejecución de palabras.

- Miguel, ¿En qué demonios estaban pensando? Sabes lo arriesgado que es para ti salir a nada de tu concierto, justo por el que practicas inglés en primer lugar.

Te amo~💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora