05. Cama

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Sirius Black x James Potter 

La lluvia resonaba cada vez más fuerte ,, parecía como si las nubes tuvieran la habilidad de detectar su estado de ánimo, podía escuchar como las gotas impactaban contra su ventana, tenía un mal presentimiento, no se podía estar quieto, no sabía exactamente que lo tenía de esa manera, pero sí sabía él quien, Sirius Black, no podía dejar de pensar en el sangre pura.

La última que vez que había tenido noticias suyas eran de hace 3 días, en aquella carta narraba que las peleas en casa eran cada vez más fuertes, pero por más que deseaba encontrar un apoyo le era imposible, la única esperanza que tenía era su hermano Regulus, pero por lo que sabía, el chico slytherin no hacía nada al respecto o aún peor ignoraba su existencia.

El único gryffindor de los Black le comentó en su última nota que estaba seguro que su madre le había dicho al menor que no le podía dirigir la palabra a su hermano, Walburga era una mujer de fuerte carácter y actualmente su único objetivo era según ella enderezar el camino de su hijo mayor, y no iba a permitir que en el transcurso, manchara lo que sí había logrado con el pequeño Regulus.

Había perdido la cuenta de todas las cartas que había mando para hablar con el chico, y cada una de ellas eran rechazadas, en la esquina de su habitación se encuentran el montón de pergamino sin leer, formando una pequeña montaña de papel.

En un arranque de gryffindor había tomado la decisión de ir por él, no podía permitir que su Sirius pasara un segundo más en esa casa, tomó su varita y se dirigió a la chimenea, estaba a unos centímetros de alcanzar los polvos flu, cuando su madre lo tomó del brazo.

.¿A dónde crees que vas? - por el tono de su voz se percibía que tan molesta estaba, y sabía que era bastante.

-Iré por Sirius, entiende no puedo ...-

-Tu no vas a ningún lado y yo no voy a entender nada, si mañana en la mañana aún no recibe nada de él, le diremos a tu padre que le envíe una carta a Orion, pero tú no irás a presentarte en una casa en donde no se requiere tu presencia, solo por tus instintos, así que regresa a tu habitación ya dormir-

¿Por qué no lo dejaban ir por Sirius ?, únicamente deseaba saber que estaba bien, no pedía milagros, pero a regañadientes fue a su cuarto y se tumbó en la cama, necesitaba algo para calmarse y como si fuera un reflejo, tomó la bufanda que se encuentran en su baúl escolar, no tenía frío, pero mínimo con ese accesorio podía sentir un poco más cerca a su novio.

Llevaba una hora dando vueltas en su cama sin saber qué hacer, no podía con la desesperación, no era normal esa falta de comunicación ahora estaba sin recibir nada de respuestas, no tenía explicación.

Mientras daba mil vueltas en su cama, un ladrido lo sacó de sus pensamientos, no tuvo que volver a escucharlo para saber de quién se trataba, inmediatamente salió a openle la puerta de su casa para que puedan ingresar.

Al llegar a su recamara James se envió en su cama y Sirius aún en su forma animaga saltó sobre él, le empezó a lamer la cara, ninguno de los dos querían soltarse aunque prefirieran estar ambos en su forma humana.

Después de un rato, ambos un poco menos eufóricos por verse, el perro se transformó en ese hombre del que James se había enamorado desde la primera vez que se lo encontró en el Andén 9 3/4, le tendió un poco de ropa y una toalla para secarse, no sabía desde qué punto el heredero Black había estado en la lluvia.

-Te extrañe muchísimo Sirius, ¿Qué pasó ?, ¿Por qué no me contestabas ?, estaba demasiado preocu ..- sin darse cuenta mientras Potter hablaba sobre todo lo estresado que había estado los últimos días, el mayor de los hijos de Orión Black , le dijo el motivo por el cual no había respondido a sus cartas.

-Me casaré.- pero el otro estaba tan metido en su discurso que no se dio cuenta de lo que había dicho el otro chico en su habitación

- pado, estaba a punto de salir de mi casa para ir a buscarte, pero madre no me dejó-

-JAMES! - el de cabello revoltoso se calló, al escuchar el grito de Sirius, afortunadamente hechizos silenciadores en la habitación porque si no, ese grito hubiera despertado a sus padres, volteo a ver a su novio el cual tenía los ojos llorosos - Hace 3 días mi madre invitó a los Malfoy a casa para cenar, yo pensaba que era una cena de negocio, que mi padre y Abraxas tocarían temas de trabajo, pero empezaron a hablar de Lucius y de mi, de pronto Lucius sacó una caja y me entregó un anillo, yo dije que estaba en una relación contigo, de pronto mi madre se puso furiosa, el Sr. Malfoy indignado se llevó a Lucius mientras le decía a mi padre que se olvidara de los tratos de los que había hablado, mi madre dijo que no pasaba nada, que yo no tenía ... ya sabes ... y que ella garantizaba el matrimonio-

Potter intentaba consolar a su novio como podía, el chico se notaba verdaderamente triste y frustrado al mismo tiempo, no sabía qué hacer, le inquietaba verlo en esa situación y no poder hacer nada.

-Ellos no te quieren, para ellos eres un traidor a la sangre, no les importa que provengas de una familia sangre pura, pero yo te quiero James, ambos sabemos que tenemos que estar juntos desde los 11 años, no quiero perderte, por ellos -

Las lágrimas ya estaban empezado a caer por el rostro del chico, la única solución en la que se podía, James no tenía la fuerza para poder decirla en voz alta, le tenían miedo al rechazo, no podía demostrar la gran valentía que decía tener .

-No me quiero casar él, no puedo, no debo y tu sabes el porque, aunque ninguno lo quiera decir en voz alta sabes cual es la única solución, conoces a mi familia y de lo que es capaz, si no me hubiera salido esta noche, ella hubiera sido capaz de llevarme hoy mismo con él- el Joven Potter vio a su novio tomar su varita y murmurar aquel hechizo tan secreto que él mismo le había puesto a su collar.

Desde el inicio de noviazgo Sirius le había dejado claro a James que no quería la mordida de un simple alfa, que él quería un matrimonio mágico correcto, el deseaba que su familia asistiera a la boda, que su enlace mágico fuera especial, que no simplemente sucumbieran a una mordida como animales, él no reconocer a un alfa, simplemente queríaba a su destinó junto a él, que no le diría alfa a nadie con quien no se uniera de por vida, pero ahí estaba sobre él, quitándole el hechizo a su collar para estar juntos por siempre, para recibir su mordida.

-Alfa, te amo, y sabes que si te digo así es porque es hora de unirnos, no lo quería de esta manera, pero ambos sabemos que estamos destinados a estar juntos, tanto tu magia como la mía lo saben, al igual que mi omega me grita que tu eres su alfa, por eso vine a tí, por eso escapé de casa, porque aunque ellos son mi familia y los quiero, pero tú eres mi casa, mi hogar, tú eres con quien voy a estar hasta mis últimos días y si vine aquí, fue porque deseo que me marques como tu omega-

Las palabras del chico lo dejaban en blanco, estaba frente a él declarándose, no había nada en el mundo que deseara más que juntarse con el, que marcarlo como suyo, lo tomé por la cintura y se acercó a él, olio su cuello, no había cosa en el mundo que deseara más que clavar los colmillos en su cuello, pero por más que lo deseara no lo hizo por el momento.

-Se que tus padre jamás me aceptaran pero eso no evitará que hagamos las cosas medianamente bien, eso no evitar que tengamos nuestro enlace mágico antes-

James tomó su varita y comenzó a conjurar aquel hechizo el cual sabía de memoria de todas las veces que soñó en el momento en que lo haría con Sirius, podía sentir como la magia de su novio empezaba a correr por sus venas, y ahora lo sabía nadie los separaría.

A la mitad del hechizo lo mordió, los colmillos atravesaron la piel del hombre en su regazo, la sangre comenzó a correr un poco, pero cuando se separó de él, lamió un par de veces para que la herida sanará, juntó sus frente para poder calmar todos los nervios de la situación.

-Te amo Alfa- dijo Sirus, un poco atolondrado por el olor de las feromonas a su alrededor.

-Ahora estamos juntos, sabía que eras mi destinado, desde que mi alfa te vio por primera vez, no podría estar con nadie más, mi alfa ama a tu omega y yo te amo a ti Sirius, hoy y siempre.- 

Escribir o morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora