15. Espuma

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Sirius Black x Severus Snape 

Como cada jueves a las 9:00 am, los alumnos tanto de Slytherin como de Gryffindor se dirigían a las mazmorras después del desayuno, puesto que tenían dos horas de clases de pociones. Sirius Black odiaba cada una de la clases que compartía con Slytherin, pociones, defensa contra las artes oscuras, herbología, pero no odiaba el hecho de tomar la clase, si no que en cada una de ella Severus Snape era dejado en la puerta por Lucius Malfoy, él cual siempre lo despedía con un beso en la mejilla o le tomaba sus libros para que el pelinegro no cargará mientras lo dirija a su próxima aula.

¿Qué tanto podían pesar un par de libros que Malfoy se los tenía que andar cargando?, o mejor dicho lo que en realidad pasaba por la mente del heredero de los Black era el porque Lucius cargaba los libros del slytherin menor, para que lo acompañaba a todos lados, que Snape no podía encontrar el salón por sí solo, lo tenían que estar llevando como un niño pequeño a todos lados.

Cuando menos lo pensó justo antes de que Sirius y su grupo entraran al salón, Lucius se estaba despidiendo de Snape pero a diferencia de todos los días anteriores, en esta ocasión Lucius Malfoy deposito un suave beso en los labios de Snape, cosa que hizo que el más bajo se sonrojara.

-Bueno Canuto si estuvieras en tu forma de perro podría asegurar que sacarías espuma del hocico de toda la rabia que traes encima, ¿Por qué no aceptas que Malfoy te robo a Snivellus?- dijo James en forma de burla, haciendo que su amigo apartara la mirada de la pareja.

-Cállate James, no es mi problema si ese par quiere tener algo, y no le digas así- le respondió Black a su amigo apresurando el paso y cambiando la ruta rápidamente, no quería entrar a esa clase, no tenía ganas de ver la cara de felicidad del chico por su nueva relación. Fue a dar una vuelta por el campo de quidditch, usualmente eso le ayudaba a despejarse.

Conforme pasaban los días las muestras de cariño entre Malfoy y Snape seguían iguales, unos cuantos besos por ahí, siempre iban tomados de la mano a todos lados, eran cariñosos pero no demasiado demostrativos, pero al parecer únicamente Sirius se daba cuenta de esas cosas porque nadie parecía hablar del tema, cosa que era raro, puesto que los chismes ahí corrían demasiado rápido.

Pero todo se empezó a tornar demasiado extraño para el mayor de los Black, cuando observó en un entrenamiento de quidditch, un beso entre su hermano y Lucius, ¿Qué se supone que hacía Regulus con Lucius?¿No se suponía que el rubio andaba con Severus?, al principio pensó que había visto mal, pero cuando el Slytherin comenzó a llegar solo a sus clases, comenzó a sospechar que algo andaba mal.

-¿Ya vieron que Malfoy dejó de acompañar a Snape a las clases?- dijo Sirius a sus amigos mientras se dirijan a sus asientos para la clase de Defensa contra las Artes Oscuras.

-Amigo déjalo en paz, si tú no estás con él es tu culpa,- le contestó Remus un poco harto de que su amigo no de perseguir a Severus.

Aunque no lo quisiera aceptar Sirius sabía que era verdad, todo había sido su culpa, había tirado por la borda 10 meses de salir con el slytherin.

*Flashback*

Sirius y Severus llevaban saliendo 10 meses, todo había comenzado porque Remus y Snape habían comenzado una extraña amistad debido al interés de ambos por por un proyecto extracurricular de Herbología con Pociones, y en el transcurso de conocerse, el hombre lobo se enteró por accidente que a su nuevo amigo le gustaba Canuto, y como si fuera adivino sospechaba que el fanático de las pociones era correspondido.

Las miradas que se mandaban entre clases y aunque no lo aceptara el gryffindor siempre estaba pendiente de todo lo que hacía el otro, de lejos cuidaba lo que le pasara, cuando ambos empezaron a hablar fue porque Remus le había pedido a su amigo Black que lo acompañara para que le ayudará a cargar algunos instrumentos e ingredientes que necesitaban.

Escribir o morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora