Draco Malfoy x Theo Nott
Un lugar nuevo era complicado para todo mundo así tuviera 8, 17, 43 o 24 años, sobre todo si te encontrabas en un país nuevo, con un idioma diferente, aunque muy bien estudiado y practicado, seguía siendo ajeno al idioma de nacimiento, añadiendo el hecho de no conocer a nadie. Afortunadamente el caerle bien a la gente y hacer amigos era una cualidad nata en Draco Malfoy.
Inglaterra era de sus países favoritos y cuando en el ministerio Francés se abrió la convocatoria para realizar una colaboración con el departamento Inglés no dudó en postularse, no le importó las filas largas, las múltiples entrevistas y pruebas tanto de conocimiento como psicométricas que tuvo que realizar, había perdido la cuentas de cuantos tinteros diferentes había utilizado su pluma de la suerte al llenar todos lo formularios para ser el seleccionado para el puesto.
Desde sus 14 años, su mundo había cambiado totalmente, acostumbrado a los mejores eventos, comidas finas, más viajes de los que había podido contar, todo lo había perdido porque cuando le dijo a sus padres que estaba enamorado por primera vez, en lugar de invitar a Pansy o Ginny a la importante cena que su madre había preparado para tan esperado acontecimiento, Cedric Diggory había aparecido en las puertas de la mansión con un ramo de flores para el pequeño Malfoy.
Agradecido de que sus calificaciones y el colegio sustentarán sus estudios, antes de cumplir sus quince años, el hijo de Lucius y Narcisa, había perdido toda sus fortuna, al principio del escándalo para el mundo mágico francés Draco no entendía el porqué para sus padres era algo malo que le gustarán los hombres en lugar de las niñas, no le veía nada de especial, para él era completamente normal.
Conforme fue madurando entendía el porqué la gente no aceptaba sus preferencias sexuales, aunque claramente era algo que él no podía controlar y aunque lo pudiera hacer no lo cambiaría porque para sus ojos nada de aquello era una aberración cómo habían dicho sus padres.
Había trabajado muy duro para llegar a dónde estaba, las becas y los trabajos en verano eran la base de sus frutos, pero aún así no hubiera logrado nada de eso de no ser por su padrino, lo había acogido cuando sus progenitores lo dejaron en la calle, siempre trato de enfocarse en ramas que a la mayoría de los magos les resultaban fastidiosas o intimidantes, y así fue como terminó siendo uno de los mejores inefables de Francia.
Se emocionó bastante cuando le llegó la carta de aceptación para poder ser parte de aquella colaboración, era un logro muy importante para el cual se había esforzado bastante, su padrino le había dado la dirección de uno de sus amigos, el cual vivía en Inglaterra, para que pudiera quedarse ahí por algún tiempo en lo que encontraba algo más estable.
El sábado en la mañana su jefe le había dado traslador para su viaje, al llegar se impresionó con la belleza del lugar, la última vez que había ido a Inglaterra tenía siete años, en esos momentos pensaba que recorrer Egipto, Japón y Rusia era muchísimo más interesante que la simple Inglaterra que queda relativamente cerca para él.
No podía perder tiempo, Severus le había dicho que Theorodo Nott, le estaría esperando para darle la bienvenida, debía comportarse, ser un hombre educado y servicial, atacar cuando le era solicitado y mostrar respeto ante todos los habitantes de esa casa.
Al encontrarse justo enfrente de la mansión quedó sorprendido, su padrino jamás le había dicho que su amigo era tan millonario como lo eran sus padres, si por fuera la casa era deslumbrante y derrochaba fortuna, no se imaginaba como lo era por dentro, volver a acostumbrarse a estar en un lugar como este, lo llenaría de nostalgia en algún punto, eso era seguro.
Cuando le abrieron la puerta no pudo procesar el solicitar hablar con el dueño de la casa, porque la figura de un hombre alto, pero aún así ligeramente más pequeño que él, un tanto delgado pero aun así ante sus ojos se vería realmente guapo, y ni hablar de su rostro, las facciones tan definidas, su piel clara que parecía seda, el cabello castaño el cual a pesar de la distancia podía distinguir un aroma embriagador, pero todo aquello pasó a segundo plano al notar sus hermosos ojos color verde esmeralda, eran los ojos más hermosos que había visto en todo el mundo, si en ese momento le hubieran preguntado a Draco Malfoy cual era la octava maravilla del mundo, el chico hubiera dicho que los ojos del castaño bonito.
-Disculpa...¿A quien buscas?
-Theodoro Nott, mi padrino dijo que lo podía encontrar en esta casa
-¿Y tu padrino es...?
-Severus Snape.
-Ah sí mi padre, me comentó que llegarías hoy, pasa, tu recamara es por las escaleras el tercer piso a mano izquierda tercera puerta.
Mientras caminaba torpemente aún impresionado por la belleza del muchacho al cual aún no le había preguntado su nombre, Draco se regañó mentalmente por ello, ¿Cómo era posible que no le hubiera preguntado su nombre?, aunque bueno con trabajo había podido responder a las preguntas que le había hecho.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se había dado cuenta en la habitación de quien estaba, se suponía que su dormitorio se encontraba en el tercer piso, pero observando las padres supo que se había equivocado de cuarto, él aún no pegaba sus posters de Harry Potter el jugador de Quidditch del equipo de Bulgaria en su habitación, y en esas paredes ya habían aparecido.
Las cortinas junto con el edredón hacían juego, todo se veían bastante ordenado hasta los libros estaba en orden tanto alfabéticamente cómo por colores, si a si mismo Draco se veía como una persona ordenada, el dueño era mil veces peor.
-¿Qué haces aquí?-
-Perdón, creo que me equivoque de habitación- el chico bonito que se había encontrado abajo, era el dueño de la recamara.
-Obviamente te equivocaste-
-Me gustan tus posters, yo tengo ese- señaló Draco uno en el cual Potter estaba volando sobre su escoba y detrás de él había unos fuegos artificiales -¿Recuerdas el partido donde Potter tomó la snitch con la boca?, esa sesión de fotos fue inspirada en ese partido-
-¿Te gusta Potter?-
-Sii, es uno de los mejores jugadores
-¿Y sabes lo que es?
-Claro, es buscador, es obvio
-No, me refiero a lo otro...
-¿Qué otro?- Draco no entendía lo que él muchacho se refería, pero cuando vio su cara entendió, era el mismo rostro que él había puesto cada que tenía que explicar el porqué sus padres y él no tenían comunicación. -¿Te refieres a que hace unos meses, en una conferencia declaró que era gay?
La cara del muchacho cambió rápidamente, -¿Y no te importa?
-¿Por qué lo haría?, Yo también lo soy-
Una sonrisa se había formado en los labios del otro, al parecer ser gay le había agradado de cierta manera, probablemente al hermoso chico de ojos verdes, también le había agradado, muy probablemente a Theo también le gustaran los chicos, quizás después de todo, estar aquí con el castaño bonito, no le recordaría a la mansión de sus padres.
-Theo- se presentó con un poco de sonrojo en las mejillas
-Draco.
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Escribir o morir
Fanfiction31 OS, uno por cada día del mes. @borisgarc_ es la dueña de la listado utilizado para este reto. El universo de Harry Potter y la mayoría de los personajes utilizados no me pertenecen a mi.