Entre broma y broma la verdad se asoma, Vincenc.
Íbamos a salir al patio; hacía frío y estaba lloviendo, yo solo llevaba una sudadera. No quería quitarme tu chaqueta, pero al fin y al cabo era tuya.
Minna:
¿Quieres la chaqueta?Vincenc:
Si vas a tener frío, no.Sonreí, dejándomela puesta. Me venía enorme: me tapaba por completo las manos y me llegaba por medio muslo, pero aún y así me encantaba tenerla puesta.
Cuando estábamos abajo tú viniste con nosotras.
Pero a Maureen le faltó tiempo para venir. Y a ti te faltó tiempo para besarla.
Yo me limité a apartar la vista de ti y de ella, y noté como te dabas cuenta.
Después de un par de segundos se marchó y nosotros volvimos a estar un rato riendo y diciendo tonterías cuando la misma chica de antes dijo que quería un novio para que le dejase su chaqueta. Yo dije lo mismo. Y entonces, tú hablaste:
Vincenc:
Yo te dejo la chaqueta a ti, Minna. Yo soy tu novio.Yo me reí, no haciéndote caso, pero volviste a hablar.
Vincenc:
De verdad, soy tu novio, eh.Te miré a los ojos y veía como me sonreías, abriendo los brazos para que fuese a abrazarte. Y eso hice. Me puse de puntillas y pasé los brazos por tu cuello y tu colocaste tus manos sobre mi cintura.
Minna:
Entonces debes tener muchas novias, ¿no?Vincenc:
No, solo te la dejo a ti. Solo tengo una novia.Minna:
¿Y Maureen? ¿Ella qué?Vincenc:
Vamos, Minna. Ella no es mi novia, ya lo sabes.Minna:
Pero...Vincenc:
No empieces.Me encogí de hombros, quitándole importáncia al tema. Si no querías hablar de Maureen conmigo, no iba a ser yo quien te suplicara hablar de ella.
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Vincenc Gambel
Подростковая литератураVincenc Gambel, me gusta escribir lo que siento por ti y solo poder leerlo yo.