Odio que me mires desde la otra punta del pasillo pero no te dignes a acercarte y a saludarme, Vincenc.
Hoy Nora, en latín, me ha dicho que ayer cuando viste que yo no estaba en francés preguntaste por mí. No quería sonreír, no quería volver a pensar cosas que no son, pero sonreí como una idiota.
De todas formas, estoy consiguiendo olvidarte.
¿Sabes? No vales tanto la pena como pensaba al principio.
Hay chicos mejores que tú.
¿Por qué querer a un chico que no es capaz de aprobar más de cinco asignaturas, que se pasa el día en la calle, bebiendo, fumando y se lía con mil tías, cuando puedo querer a uno que saca increíbles dieces, que es atento conmigo, simpático y me hace reír?
Quizá no lo conozca tanto como a ti (seis años, para ser exactos), y quizá tampoco tenga oportunidades con él.
Pero me lo paso bien con él o el poco rato que estoy con él. Sobretodo cuando estoy mal por algo, sin darse cuenta me habla y me lo hace pasar bien durante unos minutos.
Es la clase de novio que todo padre y madre quiere para su hija.
Tú, en cambio, no.
Espero que seas feliz y te vaya bien con todas esas tías.
Yo, también intentaré serlo lejos de ti.
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Vincenc Gambel
Teen FictionVincenc Gambel, me gusta escribir lo que siento por ti y solo poder leerlo yo.