sesenta y ocho

1.5K 181 14
                                    

Yo también quiero un novio, Vincenc.

Hoy, en francés, hemos estado toda la hora hablando. Y como no, ha salido el tema de los "novios".

Te hemos dicho (las tres que estábamos contigo) que queríamos un novio, y te hemos descrito como nos gustan. Fíjate que casualidad: me gustan los morenos, ojos oscuros, piel tostada y altos; te describe a la perfección, ¿verdad?

Pues parece ser que el perfil de chico que me gusta (que es muy parecido al de Nora, por cierto) te cuesta encontrar entre tus amigos.

Al salir de francés a mis dos amigas ya le habías dicho que tenías dos amigos que le gustarían a ellas.

Minna:
¡Vincenc! Yo también quiero un novio, ¿por qué no me lo has buscado?

Te has reído y has seguido mirando hacia delante.

Minna:
¿Me quieres contestar?

Vincenc:
Porque primero se lo quería buscar a ellas.

Sí, claro.

Pero eso no ha sido lo único que ha pasado en francés.

Estábamos en clase y te tenía en frente cuando una amiga te ha dado un pequeño golpe en el estómago y le ha dicho a Nora que te pegase para que viera lo duro que estaba.

Y a ti no se te ha ocurrido otra cosa que hacer que ceñirte la camiseta a la tripa y dejar ver los marcados abdominales que tienes. Y para colmo, lo hacías mirándome, viendo la expresión que tenía en la cara.

Después, cuando te has cansado que te dieran pequeños golpes, te subiste la camiseta y te metiste las manos por dentro. Déjame decirte que cuando he visto lo que escondía la camiseta, no he podido evitar sonrojarme y mirar hacia otro lado.

Porque sabía que me estabas mirando.

Porque sabía que estabas viendo como clavaba los ojos en ti.

Porque sabía que sabías que me gustaba lo que estaba viendo.

Vincenc GambelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora