Vincenc Gambel

setenta

Has hecho lo que más temía, Vincenc: encontrar mi cuenta de Twitter.

Cuando me he despertado, he visto que me has encontrado en Twitter. Mi corazón se quería detener, dejar de latir.

He ido a clase y cuando íbamos a entrar me has visto y te has acercado a mí, sonriéndome, como siempre para después pasar un brazo por mis hombros. Cuanto tiempo sin hacerlo, Vincenc.

Vincenc:
Hola, Minna.

Minna:
Hola Vincenc. ¿Cómo me has encontrado? ¿Sabes que te odio?

Tú sonreías, como siempre que estabas conmigo, haciéndome sonreír a mí también.

Vincenc:
Ayer por la noche te estuve buscando.

Minna:
Ah, genial.

Te reíste y subimos las escaleras, yendo hacia el segundo piso. Una vez allí, me apoyé contra la pared y tú te pusiste delante de mí. Nora y Melody también estaban allí.

Minna:
Por cierto, Vinc, si vas a estar con nosotras en el bungalow, no te traigas a gente para fumar y mierdas de esas ¿vale? No queremos que después apeste a marihuana y a todo eso.

Vincenc:
Tranquila, no llevaré a nadie. Además, a penas estaremos allí, pasaremos mucho tiempo fuera. Por la noche saldremos por las calles de Italia, ¿verdad?

Minna:
Claro, pero por la noche, digo yo, que tendremos que ir al bungalow para dormir.

Vincenc:
Siempre podemos dormir en un banco.

Aunque Nora y Mel participaban en la conversación y tú las mirabas de vez en cuando, notaba tus ojos en mí muchas veces y también a tu perfecta sonrisa mostrando tus blancos dientes.

Cuando he entrado en clase, la gente ha notado que había algo diferente en mí. ¿Sabes que era? Que me contagias la sonrisa, Vincenc.