Capítulo 21) ¿Puedes verme?

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Fuera de las imaginaciones absurdas, cubiertas de intriga moledora, esta persona que se hizo llamar Alíd los llevó a su hogar y no a un puesto ordinario en las sombras

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Fuera de las imaginaciones absurdas, cubiertas de intriga moledora, esta persona que se hizo llamar Alíd los llevó a su hogar y no a un puesto ordinario en las sombras. El hogar de Alíd era sin dudas muy lindo y cómodo; sus paredes estaban tapizadas por un patrón de líneas cálidas, muy otoñales. Además, la decoración de la casa tenía un toque clásico de tatami que la hacía sentir en casa. Se parecía mucho al estilo del cuarto de Urie.

Alíd les ofreció agua y algunos bocadillos, que dudaron brevemente en tomar, y las acomodó en su sillón en la sala contigua. 

Saiko le susurró a Mutsuki cuando Alíd fue por unas cosas a su habitación, —¿De verdad le has creído?

La mirada de Mutsuki se volvió complicada. Tenía dudas, las suficientes como para haberse dado la vuelta, ignorando que escuchó algo, pero una parte importante de su espíritu decidió creer en esta persona. Los hechiceros y brujas tienen algunas capacidades extraordinarias para engañarte en la superficie, mas nunca serían capaces de engañar a un espíritu fuerte. Sin embargo, esto no es algo que podía decirle en dos palabras.

Su voz parecía cansada, —Eso supongo.

Saiko le dio unas palmaditas comprensivas, y se puso de pie. Mutsuki se sorprendió, pero no tuvo que preguntar, ya que fue respondida de inmediato.

—No te preocupes, quiero ir a pasear por este barrio. Me parece que el asunto que te trajo aquí no es uno en el que yo pueda participar. Lo mejor es que salga a pasear para no ponerte incómoda.

Saiko está tranquila, acepta que las cosas sean de este modo, pero Mutsuki cree que de alguna manera la está lastimando. Han sido amigas por bastante tiempo, y aún es incapaz de contarle su secreto. Confía en ella y, a la vez, la rechaza. Le debe mucho.

—Perdón...

—Nah, descuida.

Y sin decir más, salió mientras era seguida con la mirada por Mutsuki. Cuando desapareció por la puerta, suspiró.

—Es una buena persona, me pregunto por qué tu espíritu se siente inquieto a su lado.

Mutsuki no estaba sorprendida con su repentina aparición, la había oído venir. La miró unos segundos y agachó la mirada.

—También quisiera saberlo.

Alíd sonrió con simpatía y comenzó a esparcir los materiales sobre la mesa de centro. Ella se sentó en la posición de loto mientras organizaba, lucía cómoda de esta manera, por lo que Mutsuki no quiso preguntarle por qué no ocupaba el sillón detrás suyo.

Se sentía algo curiosa por ese cuenco de cerámica con bordes dorados que había colocado en el centro con respecto al resto; Alíd lo había limpiado dos veces y no volvió a tocarlo con las manos. En cambio, sacó un paño oscuro para colocarlo sobre la mesa, evitando el contacto con su piel. Posteriormente, medio llenó el cuenco con agua clara y juntó sus manos cerca de sus labios, susurrando palabras ininteligibles con ambos ojos cerrados y el entrecejo fruncido.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2022 ⏰

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