Cuando la reunión concluyó, el eunuco Yuzu anunció: —¡El Emperador y La Emperatriz se marchan!
El acuerdo final aún no está decidido. Mañana habría una nueva reunión en la sala de estrategias con el Gran Mariscal y sus majestades presentes.* Como mucho, programarán la división de tropas y volverán a repasar la situación hasta llegar a alguna conclusión segura.
El salón fue vaciado justo después del anuncio, no todos tenían un gran valor, por lo que el Mariscal y un supervisor se encargaron de recoger las insignias de aquellos que renunciaron a sus valores por temor a morir. Por lo tanto, si Urie quería hablar con él, tenía que esperar hasta que acabara con esta labor.
Suzuya lo acompañó un rato, hablaron (habló) de algunas cosas relacionadas a sus paranoias y lo estúpido que fue asumir que Arima haría una nueva mala reputación como Emperador. Sin embargo, después de que se aburriera, Suzuya decidió que no tenía más para decir y lo abandonó. Ahora él solo a un lado de la columna se veía como una.
No fue hasta que la última persona estaba por ser despechada que se acercó. Tenía mucho tiempo que no se veían cara a cara, sus pies temblaron por la emoción y los nervios de estos duros años viviendo lejos del otro. Quería abrazarlo y decirle que había construido un pequeño lugar dedicado a su madre y le llevó su comida favorita; que también habló con ella en su honor para no hacerla sentir sola, pero estas son cosas que no puede decir de la forma que quiere.
Muchos pensamientos abarcaron su mente y ni uno solo podía ser dicho, pero cuando Mikito lo mire a los ojos, se olvidará de ello porque entonces sabrá todo lo que quiso expresar.
Ansiosamente, caminó hasta quedar frente a frente y saludó con respeto: —Este soldado solicita tener una reunión con el Gran Mariscal.
Mientras los demás miren, no son padre e hijo. Y aún así Mikito lo miró con un amor paternal difícil de ocultar.
—Concedido. —sonrió. Luego, pasó la última insignia en su mano al supervisor y le pidió llevarlos a su despacho— Mi despacho está cerca, por favor, sígueme.
Urie inclinó su cabeza y lo siguió. Mikito lo condujo por el pasillo más corto del palacio y pasaron al menos cinco puertas hasta dar con una que los condujo al exterior. Había un patio hermoso, y un camino hecho de baldosas de barro que conducía a una nueva conexión del palacio. Más al frente también había más puertas, pero la que conducía al despacho del Mariscal era una puerta externa con la vista al jardín. La extensión era grande y el espacio interior se asemejó mucho a su propio patio en casa. Adentro tenía todo lo necesario y no existían decoraciones absurdas como en otros lugares dentro del palacio.
Sus ojos estaban en todas partes, así que no vio venir las acciones de su padre.
Mikito lo había abrazado. La forma en que lo hundió sobre su pecho y acarició su cabello, le recordó a aquellos días de su niñez en las que él se asustaría si no lo veía en casa. Un gesto amoroso y que expone su miedo, pero también su alegría. Urie estaba tieso y erizado como un gato. Esto no era apropiado porque Urie también es un adulto, especialmente uno alto y con una musculatura similar a la de su padre.
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Factura tardía 【Mutsurie】
Fanfiction【AU】【Lenguaje vulgar】 Han pasado millones de años desde el deterioro del planeta Tierra y desde su lenta restauración. El mundo parece haberse reiniciado. Nuevas almas nacen, así como las viejas reencarnan. Incluso las antiguas bestias del pasado de...