【AU】【Lenguaje vulgar】
Han pasado millones de años desde el deterioro del planeta Tierra y desde su lenta restauración. El mundo parece haberse reiniciado. Nuevas almas nacen, así como las viejas reencarnan. Incluso las antiguas bestias del pasado de...
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『Quejas generales al final del capítulo. · ✧ · ❀ 』
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Para ser casi tres días de viaje, Urie lo llevó bien, pero Suzuya no lo dejó conducir otra vez.
En su tercer turno, Urie de repente dejó de conectar con esta realidad y tuvo un pequeño desvío hacia una zanja. Afortunadamente su compañero es Suzuya, es duro desestabilizarlo, así que tomó el control con la misma naturalidad que cuando sujeta su vaso de agua.
Al anocher del segundo día encontraron el desvío hacia la entrada al Estado. Y a seis metros de recorrido incluso el letrero de bronce en el gran arco de cuarzo pulido brilló por la iluminación del auto.
Urie leyó los caracteres de "Eterno Cielo" y no pudo sentirse más disgustado. Pronto continuarían sobre un piso de roca, con la vista más sosa y menos saludable posible. Estaba tan acostumbrado a los pequeños pueblos y ciudades promedio que era asfixiante pisar este lugar tan apretado de hierro, luz y aire sucio.
Por otra parte, Suzuya dijo abiertamente: -Es una mierda aquí. Nadie dijo nada acerca de esa caseta.
¿Caseta? Nunca hubo una caseta.
Urie miró con más detenimiento la entrada a través del polvo que levantaban las ruedas. Sí, de verdad hay una caseta, y no solo eso, sino que también hay dos filas de seis guardias en cada lado de la calle. Esto no estaba antes.
Hoshi solo es el condado, pero el Estado en general tiene un reconocimiento honorable de seguridad para todas sus ciudades pequeñas. Por lo tanto, incluso si alguien quiere entrar al condado de Hoshi con motivos ulteriores, aún debe pasar la seguridad de las casetas interiores en los cruces. Poner tantos guardias en la entrada general del Estado parece exagerado, sin añadir esa caseta.
De pronto, una fila de doce guardias se formó sobre el camino, impidiendo el paso. Suzuya frenó de golpe, y otro guardia se acercó apresuradamente hasta su ventana.
