Saiko fue amable de principio a fin, aligerando la tensión existente desde que aceptó hablar con ella. Fueron a la cocina y recogieron una tetera con té tibio, además de una bolsa de papas en el almacén no tan secreto de Saiko.
Era alegre y hacía chistes en esos cortos minutos que tardaron en subir a la habitación de Saiko. Sí, ninguna creyó que fuera adecuado hablar mientras todos siguieran abajo y les fuera a los demás la posibilidad de escuchar sus asuntos. Normalmente no es algo que le importe demasiado, pero tenía la sensación de que su charla no sería un caso en el que hablarían de los días del pasado y se divertirían con las tonterías de otros.
La figura pequeña de Saiko no es gorda, como suele decir Shirazu. Su tamaño es particularmente tierno, y no hay nadie que pueda negarlo. Son jóvenes adultos de veintitantos años, pero si a alguien no le han sentado los veinte al cien por ciento, es a Saiko. Algunas veces será infantil y otras parecerá haber aumentado de tamaño y coraje, asemejando el aura prominente de Urie. Como hoy.
—Aquí, Mucchan.
La habitación de Saiko está al final del pasillo del segundo piso, justo en el lado opuesto a su habitación. Y junto a la habitación de Saiko está la de Ching Li. Solamente el segundo piso pertenece a las chicas.
Saiko le había pasado su bolsa de papas y comenzó a tironear la perilla y empujar la puerta con su cuerpo pequeño. Mutsuki no se había fijado antes, pero la puerta de Saiko está gastada y luce como si la hubieran golpeado con una furia temible.
Cuando Saiko logró destrabar su puerta, ésta se abrió y un tintineo vino de la perilla floja y dañada.
—¡Listop! —ella miró a Mutsuki, encontrando la obvia pregunta en la mirada de su amiga— ¡Tks! Ese payaso de Shiragin se enojó con tan poco, estábamos jugando y al final lloró como un bebé. Golpeó mi puerta y la dejó de esta manera.
Un suspiro salió por sus fosas nasales, —El líder debería hacerse cargo de este problema.
Saiko se apartó de la entrada y meneó su mano con una oscilación chistosa para indicarle que pase, luego dijo mientras la seguía: —Mucchan, tú puedes decir eso, pero el líder ya está ocupado con otras cosas. Lo he visto. Además, ese alcornoque ya nos ha dicho que si rompemos algo, debemos ser responsables.
—Es cierto.
Cuando Mutsuki se adentró, pudo observar que había ropa y peluches en todas partes, regados y sin aún lugar de origen justo. Ningún orden, tal como recuerda. El único espacio meramente decente es el lado izquierdo de su cama, donde hay un escritorio mediano con varios papeles apilados y una radio. Fue en este último que dejó el té y las chucherías de Saiko.
Saiko intentó trabar de nuevo la puerta en lo que Mutsuki miraba adentro. Su desorden no le importaba mucho, Mutsuki no la juzgaría, solo le daría un consejo de orden como máximo. Saiko resopló y terminó por poner un peluche enorme en la puerta para mantenerla cerrada y se lanzó sobre su cama desatendida.
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Factura tardía 【Mutsurie】
Fanfiction【AU】【Lenguaje vulgar】 Han pasado millones de años desde el deterioro del planeta Tierra y desde su lenta restauración. El mundo parece haberse reiniciado. Nuevas almas nacen, así como las viejas reencarnan. Incluso las antiguas bestias del pasado de...