【AU】【Lenguaje vulgar】
Han pasado millones de años desde el deterioro del planeta Tierra y desde su lenta restauración. El mundo parece haberse reiniciado. Nuevas almas nacen, así como las viejas reencarnan. Incluso las antiguas bestias del pasado de...
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-Mutsuki, ¿Qué es lo que me estás ocultando?
Es absurdo que haya pensando que podría seguir engañando a Sasaki. Si existe alguien que puede leer hasta el pequeño temblor de sus manos, es él, su maestro.
Suspiró, evitando soltar todo de una vez. Aún quería explicar con cuidado.
-Estoy siendo tan obvia, pero siempre me gusta escuchar cómo lo ha descubierto. -dijo. La taza entre sus manos fue presionada un poco más de la cuenta con sus delgados dedos.
-Es extraño que vengas tú sola a buscarme. Dudo que Urie y los demás hayan dejado que eso suceda. Por eso he asimilado que estás ocultando algo, y tú me la has confirmado. -su característica sonrisa tierna y comprensiva cuelga de su rostro, él está siendo como una mamá ahora.
Mutsuki quería refutarlo. Urie sí había dejado que suceda, y encima le gritó cosas horribles. Fue su culpa que la otra parte tomara el control y la dejara varada con su remordimiento a mitad del camino, cuando ya no tenía el rostro de nadie para pedir perdón.
Su voz sonó apagada cuando dijo: -Quiero irme. Abandonar al escuadrón y viajar de forma independiente. -su labio inferior tembló, su mano izquierda también soltó la taza y se apretó en su muslo para ocultar su vacilación.
-¿Por qué?
Sasaki notó que Mutsuki evitaba hacer contacto visual con él, y también esa mano nerviosa. Era como su pequeña hermana, a la cual había educado y entrenado después de encontrarla en la mansión de los "Devoradores". Por supuesto, sabe cosas como sus expresiones gestuales y lo que significan.
Por otro lado, Mutsuki apenas pudo dar una razón coherente sin hablar de Urie.
Fue breve, pero las cejas de Sasaki se fruncieron con una expresión confusa.
-¿Entonces por qué no vino Urie? Tampoco me ha avisado. -sus preguntas solo la presionaron aún más.
-Él... está ocupado. Es complicado, rara vez puede salir.
Con una negación de su cabeza, Sasaki se preparó para destacar sus próximas palabras: -Urie nunca te daría la espalda, ni siquiera porque está ocupado.
Un sentimiento ominoso surgió de nuevo, qué podría decirle. Había pensado en una respuesta sarcástica para relajarse, pero eso empeoró las cosas por un segundo. -¡Es mentira! -exclamó levemente molesta. Este desagrado era fuerte. De manera figurativa es como si hubiera vomitado después de sentir varios dolores de estómago. Rápidamente intentó recobrar el sentido y apaciguar la llama; no pudo encontrar una excusa válida para su comportamiento agresivo. Su mirada terminó por deslizarse a la alfombra de color claro, incluso la taza fue dejada sobre la mesilla.
Fue difícil ocultar su sorpresa, había sido atrapado con la guardia baja. Decidió que no iba a reprenderla como en aquellos tiempos, pero sí iba a dejarle claras algunas cosas. Tiene una pequeña idea de lo que acaba de suceder, y no puede mencionarlo mientras esté en esta condición.
