Antes de despertar, Mutsuki tuvo una conversación corta con la contraparte más sensible de su ser. Su figura había vuelto a ser una nube de vapor espeso. Cuando ella dijo "tendrás que controlarla tú sola" el cuerpo de Mutsuki se estremeció con un miedo naciendo desde lo más profundo de su estómago. Al parecer, Mutsuki no logró hacer crecer a esta contraparte, al contrario, su indisposición a disculparse y a mejorar su carácter natural por su cuenta, la debilitaron hasta volverla así.
Mutsuki no es alguien dulce en esta vida. Tiene un historial repleto de círculos rojos en todo el papel, y solo hay una pequeña parte limpia que sus amigos dejaron pasar. No hay forma de que sea otra. Mutsuki es esta clase de plaga que funciona como un perro callejero, será hostil con todos, excepto con las personas que le han dado refugio y comida. Es parte de quien es, no puede dejarlo.
—¿Mucchan?
Saiko la miraba desde el costado de la cama. Sus ojitos claros se habían vuelto como los de un pequeño perro desamparado en la últimas horas. En sus manos sostenía un vaso de agua fresca, esperando para que Mutsuki lo beba.
Recientemente despertó, por lo que no estaba enterada de lo que pasó con ella. Sin embargo, el dolor en todo su cuerpo le dio la impresión de que pudo haberse peleado con alguien hasta que la muerte decidiera por ellos cuándo se detendrían.
Mutsuki se sintió amargada mientras era mimada de esta forma. Saiko no merecía ningún maltrato, así que tampoco debería estar aquí mismo, cuidándola como si fuera la mitad de buena como lo es ella.
—Lo siento.
Su voz no descartó ningún sentimiento. La facilidad con la que se había expresado ahora es algo que jamás habría pensado que lograría.
Ser un frasco para almacenar sus miedos, sus deseos, sus pensamientos y sentimientos siempre resultó ser un buen camino de partida, no tendría que discutir con nadie ni abrumar a nadie. Sin embargo, las cosas, aunque fueron mejor para el resto del mundo, no fue bueno para ella misma. En sus sueños entendió que si no decía algo ahora, aumentaría la posibilidad de que la otra parte habitando en ella tomara la oportunidad de dejarlo salir.
Saiko sonrió sin brillo. La preocupación quedó marcada en las líneas debajo de sus ojos y las venas rojas marcadas en sus escleras blancas. Ninguno es tan joven como hace diez años, aguantar es pesado en este comienzo de la adultez.
Antes de tomar la mano de Mutsuki, abandonó el vaso de agua sobre el buró de color perla.
—Mucchan, tontita, ¿Qué estás diciendo ahora?
Mutsuki notó que Saiko quería evadir el tema, pero no quería tener que cerrarse ahora que estaba dispuesta a conversar. Con un suspiro, y sin mirarle directamente, dijo: —No hiciste nada malo, pero reaccioné mal. Casi... Casi hago algo de lo que me hubiera arrepentido hasta el día de mi muerte.
Saiko soltó su mano para acariciar su cabeza unos segundos y luego trajo de vuelta el vaso de agua.
—Primero bebé agua. —Saiko lo ofreció tan enérgica como de costumbre, y no habló de nuevo hasta que Mutsuki tomó el vaso y bebió un poco— No es necesario hablar de eso, pero si te hace feliz, no estoy molesta contigo.
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Factura tardía 【Mutsurie】
Fanfiction【AU】【Lenguaje vulgar】 Han pasado millones de años desde el deterioro del planeta Tierra y desde su lenta restauración. El mundo parece haberse reiniciado. Nuevas almas nacen, así como las viejas reencarnan. Incluso las antiguas bestias del pasado de...