Capítulo 8) Paranoica

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—Quería asegurarme de que no estuvieras poseído por algo, pero estando a solas no veo nada diferente en ti

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—Quería asegurarme de que no estuvieras poseído por algo, pero estando a solas no veo nada diferente en ti. —dijo, arrastrando una frialdad seca en su voz— No sé ante quién quieres lucirte dando discursos de ánimo y actuando como un ser paciente. Fue bastante hipócrita.

El estado de ánimo de Urie disminuyó considerablemente. No solo le dio una confirmación vaga a sus inseguridades, sino que también le ha demostrado tenerlo en el peor lugar de su corazón. En realidad, Mutsuki ya no cree que él también sea bueno y expresivo por dentro. Incluso su trato de hoy es solo una ilusión en medio del calor abrasador del desierto...

El silencio prolongado de Urie irritó más a Mutsuki, —No quiero estar en la misma línea de búsqueda contigo. Planeo ir a las Cuevas Hisui, pero no necesito que sigas siendo mi compañero.

Por este lado, no hubo ninguna reacción y mucho menos un sentimiento oculto. Urie eligió a los grupos nuevos hace un día, tomando en cuenta sus sentimientos y las habilidades de cada miembro del equipo.

Urie se puso de pie, recogiendo el plato de sopa sin empezar y el jugo que no tocó. Después dijo, sin guardar arrepentimiento: —Es bueno. Aura es un candidato que se adecúa a tu forma de trabajar, y también es la persona correcta para cuidar de ti. Él es tu nuevo compañero.

Luego de haber dicho esto, le dio la espalda para llevarse con él la comida y el jugo a la cocina. Mutsuki creyó que se iría a comer ahí, pero sucedió que Urie no tardó ni un minuto en salir. Él se dirigió a la puerta trasera y no le dedicó ni una sola mirada, pareciendo ser la misma figura empoderada a la que estaba acostumbrada ver. Sin embargo, algo fue diferente.

El corazón de Mutsuki se apretó con fuerza, había enojo y una emoción ominosa pinchando en el lado izquierdo de su pecho. No sabía cómo reaccionar y solo pudo levantarse en un movimiento tosco y gritar: —¡Urie Kuki, regresa aquí!

No obstante, Urie no regresó. Su voz llegó muy tarde, la puerta ya se había cerrado detrás de él cuando decidió llamarlo. La sensación de hormigueo se instaló rápidamente en sus pies, como si quisiera ir detrás de él y, aún así, no lo siguió.

Sus cejas se fruncieron hasta el punto de tocarse, luego no pudo soportarlo más y se abofeteó a sí misma. Hoy fue ella quien lo comenzó, pero insistió en recargar todo sobre Urie, como si siempre tuviera la culpa.

Ya no puede entenderlo. Ella, él. ¿Qué está mal con ambos? No, ¿Qué está mal con Mutsuki?

“Eres patética.”

”

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Factura tardía 【Mutsurie】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora