Play of Fate- Jenlisa

Capítulo 1

Jennie pov

Un nuevo día llegaba a su fin, el gran reloj que colgaba de la pared frente a mi escritorio indicaba que en unos 10 minutos finalizaría mi horario de trabajo.

Comencé a recoger algunas de mis pertenencias, observando que muchos de mis compañeros imitaban mis acciones, con el mismo deseo de finalmente regresar a casa. La realidad era que a pesar de odiar mi empleo muchas veces prefería mantener mi mente ocupada escuchando los estúpidos pedidos de mi Jefe.

El hombre era un autentico niño mimado que necesitaba de una persona que solucionara su vida y "oh casualidad" yo era esa persona.

Agradecía la oportunidad ya que con apenas 18 años optaron por confiar en mí, a pesar de la gran influencia de mis padres prefería que no metieran sus narices en mis asuntos. Este puesto lo había conseguido gracias a mis esfuerzos y mis horas de estudio extracurriculares.

Desde pequeña creía que un puesto estable en una gran oficina sería el trabajo soñado, tu propio espacio, un gran salario y estabilidad, que equivocada estaba. Quizás contaba con cada una de esas cosas, pero este no era para nada un trabajo soñado.

Pasar todos los días de tu vida contestando el teléfono, organizando grandes reuniones y complaciendo los estúpidos caprichos de tu jefe era mas agotador de lo que imaginaba.

Kim Jong-in era el único heredero de la familia Kim, sus padres decidieron colocarlo como jefe de una de sus tantas empresas. El chico apenas lograba colocar correctamente la corbata que acompañaba su característico traje, un costoso y elegante atuendo diseñando por una gran marca. Si quitamos ese detalle difícilmente podría nombrar otra cualidad.

Su agenda era controlada única y exclusivamente por mí, cada reunión, cita y evento era previamente supervisado detalladamente y anotado en una gran libreta que reposaba cada día frente a mi escritorio y que cada noche me acompañaba en mi camino a casa, ya que el trabajo continuaba a pesar de que eso no estaba estipulado previamente. Pero no podía quejarme, el salario era bueno y llevaba casi dos años trabajando en ese lugar.

Recogía las últimas cosas cuando el teléfono comenzó a sonar, a través del intercomunicador la voz de Kai informaba que antes de retirarme debía pasar por su oficina. Resoplando accedí, esperaba que no volviera a sugerir las horas extras, estaba realmente cansada y en lo único que pensaba era en lo cómoda y grande que era mi cama.

A pesar de que muchas noches extrañara la sensación de despertar y observar el lado que ahora se encontraba desocupado, siendo ocupado por un cuerpo que no sea un peludo y pequeño perro.

El reloj marcaba las 7 pm, ni un minuto más ni un minuto menos, tomé la libreta y mi bolso para encaminarme hacia la gran oficina que se encontraba a unos pocos metros, al ingresar la figura del chico me observaba desde su asiento.

-Siempre tan puntual, eso es lo que me gusta de ti.

-¿Qué es lo que necesitas?- tomé asiento frente a él, luego de dos años aprendí a ignorar sus comentarios.

-Cambia esa cara, una pequeña sonrisa no vendría mal de vez en cuando- le dediqué la sonrisa más falsa que pude.- debo pedirte que te quedes una hora extra, unos inversores llegaran en unos minutos y necesito a mi mano derecha junto a mí.

Lo sabía, estas últimas semanas las horas extras eran algo de todos los días, detestaba no tener la opción de negarme a su petición ya que mi puesto corría peligro si no me encargaba de cada detalle y cumplía con sus órdenes.

Afortunadamente la reunión concluyó mas rápido de lo esperado, cerrando el trato y agregando una nueva victoria para la empresa.

-Gracias a esa maravillosa mente que tienes ahí - su dedo índice le dio un leve toque a la parte superior de mi cabeza- esos hombres cerraron el trato, aún no sé como lo haces pero cada día me impresionas un poco más, ¿te gustaría acompañarme a una cena para festejar nuestro nuevo logro?