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Iba caminando en dirección al instituto. No sé exactamente a hora me quedé dormida anoche, pero sí puedo decir es que fue unos minutos después de ver esa solicitud.

¿Qué te pasa con esa solicitud?

No me pasa nada.

¿Sabes que es estúpido mentirle a tu conciencia verdad?

También hablar con ella.

Pase por un parque y vi a varias personas. Y con varias personas me refiero al equipo de fútbol de la escuela.

Qué bonito momento para correr.

Re direccione mi caminata ya que estaban apenas unos metros frente a mí. Les pase por un lado y seguí mi camino con la cabeza en alto. Gracias Wattpad.

—¡Hey! —Grito uno de ellos

Mierda, ahora están detrás de mí.

Tranquila, no es como si te estuvieran gritando a ti.

En eso tienes razón, no he hablado con ninguno de ellos.

—¡Hey! —Grito otra vez, más cerca de mi.

Es un excelente momento para correr.

Decidí hacer como si no los escuchará porque, pues que estén detrás de mí no significa que sea a mí a quien están llamando.

—Hey —Hablo más bajo está vez tomando mi hombro

¡MIERDA! Te dije que corrieras.

Me voltee para mirarlo extrañada, poseía una tez clara, llevaba puesto el uniforme del equipo, poseía unos ojos castaños grandes, era alto y tenía unos labios rosáceos delgados.

—¿Estas sorda? —Me pregunto el muy descarado — ¡Holaaaa! — Me grito en la cara, a lo que voltee los ojos.

—¿Qué?

—Vale, no eres muda ni sorda.—sonrió —¿Que hace una chica como tú tan solita por la calle tan temprano?

—Algo que los chicos como tú —Apunte con mi dedo su pecho — no serían capaz de hacer.

Alzo las cejas sorprendido.

--¿Y se podría saber que es ese algo?

--Estudiar –Sonreí forzadamente.

—Así que eres contestona.

—Así que crees que no se reconocer a un imbécil —dije.

Intente retomar mi camino, pero así sentía que me seguían.

—Oye —dijo parando mi andar de nuevo.

—¿Qué? —Conteste de mala gana

No necesito distracciones.

—Soy Cameron —Me extendió su mano.

—Bien, no sé de qué me sirve saber que te llamas Camarón —Sonreí de lado.

Paso su dedo pulgar por su labio inferior mientras sonreía.

—¿Sabes que me gustan los desafíos?

—¿Sabes que no me interesa lo que digas ni lo más mínimo?

Después de decir eso sentí como descolgaban mi bolso de mi espalda.

—¡Hey! —Grite volteándome, lo siguiente que pude ver fue a los chicos del equipo lanzándose mi bolso entre sí como si de un balón se tratase.

Escuché como el tal Cameron se burlaba de mí.

—Hablas mucho, pero muy poco haces —Soltó entre carcajadas el tal cameron.

El Diario De Una Lectora ✓ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora