9.

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—¡Aly! —Llegó corriendo hasta mi la pequeña Lu.

Tome su rostro entre mis manos, tenía un rastro húmedo por debajo de sus ojos. Eso solo significaba una cosa... Lu había estado llorando.

¿Vez lo que causas? Lu, no tiene la culpa de tu idiotez.

En este momento lo que menos necesito es hablar contigo.

—¿Que pasa, Lu? —Me puse de rodillas en el suelo para así poder estar a su altura.

—D-D¿Dónde estabas? —Pregunto entre lágrimas y abrazándome como si quisiera mantenerme allí para siempre.

—Eso no importa —No pude evitar usar ese tono tan seco con ella.

¿Lo lamento? Realmente no lo sé y tampoco podia pensarlo, solo podía ser conciente de la mirada que sentía clavada en mi. No necitaba voltearme para saber quién era.

—Lucia, ven aquí —Mi madre tomo el brazo de Lu y la alejo de mi con mayor fuerza de la necesaria.

Prepárate

Creo que nunca estaré completamente preparada para esto.

Me levanto poco a poco, como si me estuvieran apuntando con un arma en la cabeza. Ni siquiera digo una sola palabra, es mejor quedarme callada. Ya lo aprendí con todas las veces que intente protestar. Veo como mi madre llega hasta mi padre y lleva consigo a Lu.

No es la primera vez que sucede, ya sé cómo es esto. Mi madre deja a Lu con mi padre, le dice algo al oído y luego él se marcha con Lu hacia las habitaciones. No pasó mucho antes de sentir mi mejilla arder.

—¡¿Cómo se te ocurre llegar tan tarde?! ¡¿Es que no piensas en los demás?! —Me gritaba mientras daba varios jalones a mi brazo.

No... Está vez no pensé en los demás... Pensé en mi ¿Que hay de malo en eso?

Preferí quedarme callada aunque por dentro me sobraban ganas de decírselo.

—¡¿Cómo crees que estuvo, Lu toda la tarde?!

Cómo estuvo Lu... No importaba como estaba yo ¿Porque me sorprendo si ya sé cómo es esto? Estaba ahí físicamente, escuchando regaño tras regaño, insulto tras insulto. Y mentalmente me estaba dando una paliza. Creo que me acostumbraré a no cenar.

Tras pasar un largo rato la señora a la que llamo madre se canso de lanzarme insultos, supuso que ya aprendería y me envió a mi habitación a "recapacitar"

Sabemos claramente que no fui a recapacitar ¿Verdad? Una vez llegue lo que hice fue quedarme sentada en el suelo con la espalda recostada en la puerta. Pasaban mil y un cosas por mi cabeza y intentaba no hacerle caso a nada, pero era muy difícil...

Mi celular comenzó a sonar interrumpiendo todos mis pensamientos y remplazandolos por uno solo... ¿Quien me llama?

Tome el celular en mis manos y Vi quien marcaba, pero había un problema. Era un número desconocido. Por un momento llegué a pensar que era mi padre pidiéndome disculpas por haberme dejado sola con mi madre. Pero no podía ser... Ya que los únicos números que tenía agendados eran los de mi madre y mi padre.

Antes de que supiese lo que estaba haciendo descolgue la llamada, lleve mi celular a mi oído y permanecí en silencio a la espera de él dueño de la línea.

—¡Hola desconocida!

Quede inmóvil al escuchar esa voz a través de la línea. Era Xavier. Esa voz era de Xavier. Mierda.

No hablé, la impresión me controlo. Solo espere a que él me hiciera saber que seguía en la línea.

—¿Estás ahí? —Pregunto.

El Diario De Una Lectora ✓ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora