Línea Cero [En edición]

Capítulo 5

Vannesa

Llevo ya una semana aquí y creo que me estoy adaptando bien, mejor dicho nos estamos adaptando porque Mel se siente muy bien en su trabajo excepto por Jackson, que sigue molestándola incluso más que a mí

Después de que el Comandante hiciera las presentaciones formales y el ejercicio de simulación, la convivencia con el grupo mejoró considerablemente, al menos en el tema profesional y sinceramente es lo que más me importa, por mí pueden odiarme como persona pero con que me tomen en cuenta y me respeten como su compañera de equipo es más que suficiente

Con Jeff es otro asunto, tanto él como Mel y yo nos hemos vuelto más cercanos y a decir verdad congeniamos de maravilla, es una persona muy agradable y simpática, y tal como lo describió el Comandante es muy bueno para los sistemas y ya varias veces nos lo ha demostrado, incluso prometió enseñarme también

Particularmente hoy estoy muy entusiasmada porque empiece el día. Ayer nos informaron que trabajaremos con perros, los famosos binomios caninos, y al ser mi animal preferido estoy que me como las uñas de lo impaciente que estoy. Nos encontramos los cinco afuera y en formación cuando entran un grupo de soldados con cuatro animales grandes, hermosos y por lo visto super bien entrenados y obedientes, son de distintas razas pero con que salven vidas aquí eso no importa

—Bien equipo— el Comandante se pone frente a nosotros— ya hemos hecho esto antes así que tomen a su can— los tres asienten, van por el que creo es su respectivo perro y comienzan a hacer ejercicios de distintos tipos con ellos dejándome embobada al instante. Los animales y yo somos algo que simplemente no puede estar junto de manera profesional, ellos les hablan con voz firme y sin titubeos, yo a estas alturas ya los tendría tirados patas arriba acariciándoles la pancita

Eso en el mejor de los casos porque tiendo más a hablarles como retrasada importándome poco el ridículo que esté haciendo

—Novata, tú empezarás con Thor— dice refiriéndose al único perro que queda a la espera de órdenes, un pastor alemán enorme y muy bonito que apenas escuchó su nombre, vino corriendo eufórico hacia el Comandante que puso una rodilla en el piso para acariciarlo dejando que le lama la cara

—¿Thor?— juro que traté con todas mis fuerzas no preguntar, pero me fue imposible

Es que el nombre...Dios, no puedo con él. Y tengo una incontrolable necesidad por saber las razones por las que son nombrados de pequeños, sin importar cuál sea

—Puedo ponerle a mi perro como yo quiera, nueva— responde rascándole la parte de atrás de la oreja. No sé cuando dejara de llamarme como nueva adquisición— cuando tú tengas uno, lo llamas a tu gusto

—¿Es suyo?— pregunto sin poder obviar esa parte de su respuesta

—En el primer cuartel que estuve tenían la costumbre de que cada soldado al entrar debía adoptar un cachorro para entrenarlo y que además se formará un vínculo fuerte entre él y su dueño para que el binomio tuviera un mejor desempeño. Y debo decir que funcionó de maravilla porque Thor es el mejor, tienes suerte de poder trabajar con él