Capítulo 19

2.5K 188 5
                                    

Vannesa 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vannesa 

Para mi, la desinformación es el sentimiento mas asqueroso del planeta; te lleva a imaginar uno y mil escenarios, cada uno mas horrible que el anterior, luego te hace sentir estúpido cuando surge sin razón esa otra parte de ti que se burla de ti por preocuparte por cosas que seguramente ni cerca de pasar están, y luego saca tu lado bipolar cuando regresas a lo primero para después volver a lo segundo y así, un millón de veces mas. Atormentarte al parecer es lo que busca, porque nada te puede distraer del hecho de que no sabes absolutamente nada

En cuanto bajé del avión tomé un taxi y le di la dirección de la casa de retiro. He llamado a Denisse prácticamente cada cinco minutos para informarme y ciertamente el panorama no es para nada alentador, me dijo que tiene días con fiebre muy alta, sin apetito y recostada en su cama así que por más que odie la idea, cabe la posibilidad de que esta sea la última vez que la vea

No sé cuántas veces le pido al conductor que acelere, los minutos se han hecho eternos y el tráfico que hay en esta ciudad nunca me había parecido tan molesto, termino pagándole al hombre y bajando de su auto en la parada de un semáforo para echarme a correr como una loca por alrededor de siete cuadras hasta que llego al lugar. Los guardias están en la puerta y cubren el paso cuando intento pasar

—Necesito entrar ahí ahora, es una emergencia así que si pudieran moverse— trato de pasar entre ellos pero ni siquiera se mueven—. No estoy jugando, a un lado— les insisto ahora con menos amabilidad

—No tiene autorización para ver a nadie, así que no podemos dejarla pasar

—¡Ni siquiera me han pedido mis malditos datos!— exclamo furiosa

—Sabemos quien es, y tiene prohibido el ingreso a estas instalaciones

—No creo que tengan muy bien actualizada su información, así que les voy a hacer el favor de hacerles de su conocimiento que soy la nieta del hombre que les firma los cheques, la sobrina de los que les dan ordenes y la hija del que es su supervisor, además de ahora una soldado del ejército de los Estados Unidos lo que significa que estoy mejor entrenada que ustedes, no me obliguen a usar eso— los amenazo y sé que está mal hacerlo, pero si no me dejan otra opción cumpliré mis palabras—. Mi abuela esta ahí así que háganse a un lado que cada segundo que paso aquí es uno que pierdo con ella, y lamentaran si algo le sucede y no estoy porque les recuerdo que Collins es mi apellido, una llamada mía y se quedan sin empleo

—Te equivocas hija mía— los dos hombres le abren paso y camina entre ellos hasta estar frente a mí— tu abuelo está de acuerdo con que no veas más a mí madre— tu abuelo está de acuerdo con que no veas más a mí madre suelta con el mentón en alto

Luce tan pulcra y elegante como siempre. Los años no le pesan sino todo lo contrario, y lo distintas que somos sale de nueva cuenta a relucir cuando ella viene con un recogido alto y perfectamente peinado, maquillaje ligero, un conjunto de falda de tubo negra con una blusa de manga larga a color blanco y ligeramente suelta, zapatillas de ocho centímetros y su actitud imponente mientras yo llevo con una coleta mal hecha, jeans, una sudadera enorme de las muchas que le robe a Demon y tenis

Línea Cero [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora