Capítulo 3: Llegaron tarde a la repetición de...

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Matthew

Esto no está bien. No debería pensar en una chica muy enojona. No debería hacerlo, acabó de terminar con mi novia, es la chica de la que estoy enamorado, aunque también es la chica que me rompió el corazón...

Eso no significa que este bien que esté pensando en Lea, digo ni siquiera es del todo humana, y ahora que recuerdo no le hice todas las preguntas que necesitaba saber. Me olvidé de todo eso cuando ella empezó a escuchar la canción, cerró sus ojos y se veía tan hermosa, como si no hubiera nada más a su alrededor.

Mierda, yo debería estar durmiendo. Mañana tengo clases, lo que me recuerda que voy a ver a Natalia en una de ellas.

Decido que es mejor que me duerma, mañana tendré tiempo para pensar en todo lo demás.

***

Alguien está moviendo mi hombro, abro un ojo para ver quién es. Es mi hermana, y la señorita tiene una mirada asesina.

—¿Se puede saber por qué aún no te has levantado de la cama, hermanito?

Es algo gracioso verla con las manos en la cintura mientras dice eso.

—Lo siento, no dormí bien ayer —digo de la manera más graciosa posible, ella ríe.

—Bueno, ya no importa, pero será mejor que te apures o no te llevaré al colegio —informa mientras se va de mi cuarto.

Me levanto de la cama con mucho esfuerzo. Me dirijo hacia mi armario, escojo una camiseta blanca, un jean azul, unos converse negros y mi chaqueta favorita. Voy a mi escritorio donde está mi mochila, pongo todos los cuadernos que necesito hoy, y bajo a la velocidad de la luz.

Salgo de la casa, veo el auto de mi hermana aparcado afuera, me adentro antes de que empiece de intensa. Conecto mi mp3 a la radio del auto, y pongo todo en aleatorio, y debo tener una suerte del carajo porque lo primero que se reproduce es 'Pieces', eso me recuerda a una persona.

Lea, voy a ir a verla, y tengo que hacerle las preguntas que no le hice ayer.

Todo el camino pienso en una señorita enojona, hasta que ya nos aparcamos en la entrada del colegio, me bajo del auto despidiéndome de Victoria.

Voy recorriendo los pasillos del colegio, cuando me encuentro a Alan, uno de mis mejores amigos.

—Por fin te encuentro, conocí a una chica el fin de semana, en la fiesta de mi primo. Fue increíble —dice Alan con demasiado entusiasmo.

—¿Por qué no estoy asombrado? Así, porque tú nunca te pierdes una fiesta —anuncio burlón.

Alan empuja su hombro contra el mío.

—No me juzgues, además, la chica era muy hermosa.

—Dudo que sea tan hermosa como Lea —Alan me da una sonrisa pícara.

—Dime, ¿Quién carajos es Lea? —Mierda, soy tan tonto, lo dije sin pensar.

—Mmm... es una chica que conocí el fin de semana, nada importante.

—¿Nada importante? Clarooo... por eso dijiste que era hermosa, y pusiste unos ojos de borrego a medio morir.

Es mi mejor amigo y lo quiero, pero a veces tengo ganas de ahorcarlo.

—Te lo digo en serio —Trato de sonar seguro.

—Y yo soy feo.

—Eso es bastante cierto —digo molestándolo.

—En primera, soy hermoso y maravilloso; en segunda, yo pensaba que este fin de semana estabas viendo películas, mientras comías helado y llorabas por Natalia, pero resulta que pasaste el fin de semana suspirando por otra chica.

Dos mundos, Dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora