Capítulo final (parte II): No le temas a la luz

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Lea

Amar es dolor, felicidad, dicha, crueldad, anhelo, sonrisas sinceras y lágrimas de un corazón roto.

Hace muchos años llegué a esta dimensión, no era una chica común y corriente, era alguien encerrada, incapaz de vivir. Alguien que vivía para realizar su deber, alguien que se torturaba queriendo recordar su pasado.

Hasta que llegó él... con lágrimas secas cayendo por sus lindas mejillas, con curiosidad y con un corazón puro.

Si lo pienso, él fue mi luz en mi obscuridad. Él fue mi ancla, hizo que me levantará y que dejará de temerle a la vida.

Todo lo que viví me cambió. No soy la misma que llegó a esta dimensión, tampoco soy la chica que vivía feliz en el Magic Light. Soy la Diosa de la luz, lucharé por mi pueblo y lo defenderé, lo volveré más fuerte.

Pero también seré aquella que nunca olvidará lo que cuatro chicos locos la hicieron vivir. No olvidaré como Alan no perdía la oportunidad de hacerme reír, no olvidaré como Logan me transmitió la belleza del arte, ni tampoco como Chase era él que más podía llegar a comprenderme y brindarme paz. Y seré aquella que no podrá arrancarse del corazón la sonrisa que iluminó mi vida, la timidez y amabilidad de Matthew, no podré arrancar de mi corazón todo el amor que me dio, cada caricia, cada beso, cada abrazo y cada risa.

No amaré a alguien como lo amo a él. No lo haré porque sé que voy a estar bien sola, seré feliz sola, no necesitaré de nadie para seguir adelante, seré feliz viviendo el recuerdo de un amor que pocos vivirán.

Milena no para de llorar, por fin terminó su carta. Se siente culpable por amar a Chase, pero también siente dolor porque lo va a dejar ir.

El mundo humano ya no estará en peligro, seguirá viviendo porque así lo decido yo. Ya no necesitarán un bosque, solo les dejaré una rosa brillante enterrada en el suelo, esa es mi promesa y garantía de que esta dimensión estará a salvo.

También hice cartas para los chicos.

Voy destruyendo el bosque que tanto amo, es como si me estuviera rompiendo los huesos a mí misma, pero no puedo dejar este bosque aquí, los humanos lo encontrarían y experimentarían con él, no hay manera de que se quede aquí.

Eres una tramposa, enojona.

Las hojas de los árboles van extinguiéndose.

Dime que me has hecho, que no puedo evitar sonreír cada vez que te ruborizas.

Una lágrima cae y se pierde en mi mejilla, pero una sonrisa aparece ante el recuerdo.

Te amo, Lea

La cabaña va reduciéndose hasta convertirse en nada.

En mi corazón vivirás hasta que este deje de latir.

También vivirás en mi corazón, hasta que mi luz se extinga, respondo a la nada. 

Yo te amo a ti, enojona. Y seguirá siendo así hasta que mi corazón deje de latir.

¡Ja! También te amo, tonto que pone apodos.

Es extraña la manera en que no paro de llorar, pero tampoco paro de sonreír.

No me arrepiento, volvería a contradecir al Dios de la obscuridad, volvería a salvar esta dimensión, volvería a conocerlos, volvería a enamorarme. Sin importar que ahora duela, no cambiaría nada.

Estoy sin fuerzas, una vez acabo de destruir todo, Milena lo nota y me ayuda a sostenerme.

Aún falta algo por hacer.

Mueve mis manos y creo una rosa de color blanco en la mitad y de color negro en la otra. Hago un hueco en el suelo y dejo ahí la rosa y las cartas. No las entierro, de eso se encargarán los chicos.

Sé que me arrepentiré por no despedirme, pero el Magic Light no aguantará mucho.

—Debemos irnos ahora, Lea.

Mis lágrimas se quedan en mis ojos, volviendo mi vista borrosa.

No quiero irme, no quiero irme sin ver su sonrisa una vez más, sin un último beso.

Con mis nuevos poderes, abro un agujero de gusano, Milena es la primera en entrar sin voltear a ver.

Yo me demoro mucho más.

Dos mundos unidos por un solo amor.

Si estás leyendo esto, no le temas a vivir, encuentra tu luz propia y hazla brillar. 

Nota:
La canción que está al principio es perfecta para este capítulo.

Dos mundos, Dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora