Capítulo final (parte I): La Diosa de la luz

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Lea

No hemos visto a los chicos en tres días, ha sido muy poco tiempo, y aun así los extrañamos demasiado. Pienso que es normal extrañar a una persona, pero me siento rara cuando solo han pasado pocos días.

Matthew me ha desarmado en más de una forma, estar con él nunca es aburrido o algo parecido, es algo que anhelo y que busco todo el tiempo. Alguna vez llegué a creer que esto en algún momento nos cansaría, pero se ha convertido en algo hermoso que queremos vivir todo el tiempo. Es embriagador.

Milena está insufrible, no sabe cómo terminar la carta para Chase. Todos sabemos que a él le gustará cualquier detalle que ella quiera darle, solo ella pone en duda eso.

Acaricio las hojas de mis árboles con la punta de mis dedos, a pesar de que es un ligero toque, ellas brillan con intensidad. Me gusta pensar que yo he brillado mucho más en todo este tiempo. He brillado con cada momento vivido y con cada persona a mi lado.

Sonrío, pero ese gesto se quita de forma rápida cuando algo se tambalea dentro de mí. El panorama ha cambiado, todo está muy quieto.

Tengo una sensación extraña, algo no es normal.

Veo como Milena se acerca lentamente, ella me mira asustada sintiendo lo que yo siento.

Es como si el tiempo estuviera parado, no sé cómo explicarlo.

Un agujero de gusano empieza a formarse al lado de un árbol. Es un portal.

Me quedo quieta porque no puedo creérmelo, porque prefiero pensar que esté es un sueño.

Pero la veo ahí, y un sentimiento de calidez se forma en mi pecho. Ese sentimiento tampoco dura mucho, porque una espada le atraviesa el pecho de forma rápida

Mamá cae rendida.

Corro hasta alcanzarla para luego sostenerla en mis brazos.

—Mamá —susurro.

Ella me mira con una sonrisa mientras lágrimas de dolor empiezan a bajar por sus mejillas, las mías no tardan en aparecer.

La dejé hace tanto tiempo, y ahora la tengo entre mis brazos, sabiendo que ahora la que se irá de mi lado es ella.

Su mano se estira y acaricia mi mejilla.

—Mi querida niña, mi hermosa Lea —Quiero hablar, quiero gritar, pero el nudo en mi garganta no me lo permite —. Esto no es tu culpa. Traté de detenerlo, pero no pude. Tú lo harás, serás más fuerte que yo.

Por fin consigo que mis cuerdas vocales funcionen.

—Mamá, por favor no hables. Estarás bien.

Ella me mira con amor y con fuerza.

—Ambas sabemos que no será así. Llena mi corazón de luz, verte una vez más, ver una vez más a la luz de mi vida —Pongo una mano en mi pecho porque el dolor es tanto que no puedo aguantarlo.

—También me hace feliz verte mamá, no sabes cuánto te extrañé.

—El chico de los sentimientos sinceros te ama, pero será tu perdición, porque con todo el amor que almacenas en tu pecho, tendrás que dejarlo ir —Sus palabras son estocadas a cada segundo.

Matthew era el chico de los sentimientos sinceros, es mi chico de los sentimientos sinceros.

>>Tú eres la única que puede salvar el Magic Light.

Empiezo a temblar.

—Yo no puedo, mamá —Ella me interrumpe.

—Eres más fuerte y poderosa de lo que crees, mi niña.

Dos mundos, Dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora