Capítulo 14: No lo haré, papá

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Matthew

Si me lo preguntan, preferiría no levantarme de la cama en todo el día. Hoy no es mi día favorito del año, de hecho es el día en el que quisiera no existir.

¡Carajo! Eso se escucha demasiado fuerte, yo solo... Quisiera que el tiempo hoy pasara mucho más rápido.

Miro como mi celular se prende, inmediatamente sé que uno de mis amigos me está llamando.

Ellos se preocupan por mí, y no los culpo. Cuando todo pasó, no fue mi mejor momento y no fui el mejor amigo.

Sin más remedio contesto.

—Matt... oye, queríamos ver si hoy íbamos al bosque a visitar a Lea —Es lo primero que escucho de la boca de Chase.

—Yo... iré con mi hermana y mi papá al cementerio —susurro.

—Oh, tal vez puedas venir después.

—Sí, pero ustedes vayan, sería divertido que pasarán un día con Lea, sin mí.

Intento bromear y disimular el tono melancólico en mi voz.

—Sí, sería divertido... ¿Matt? —Me pregunta en voz baja.

—¿Si?

—Estamos contigo, y siempre te apoyaremos.

Me quedo un rato en silencio.

—Lo sé... nos vemos después —Me despido.

—Nos vemos, Matt.

Después de colgar, me dirijo a mi armario y agarro un jean de color gris, un saco delgado con capucha negra y unos zapatos deportivos. Cuando termino de vestirme, me quedo un momento en mi cuarto, pensando en cuanta la he extrañado.

Mamá estaba loca.

Me rio de mi propio pensamiento.

Pero es la verdad, ella estaba loca, era una loca genial. Ella era una de mis personas favoritas en el mundo, lo sigue siendo aunque ya no esté conmigo.

—Esa niña no me cae nada bien —dice mi mamá apenas sale de nuestra casa Natalia.

—¡Mamá! Es una buena chica y me gusta mucho —protesto.

—Pues, podrá ser muy bonita, pero caras vemos corazones no sabemos.

Esa frase la he escuchado tanto de su boca, que no me atrevo a mencionar algo más.

Ella se pone a lavar los platos con el entrecejo fruncido, mientras yo me rio por su actitud. Voy por detrás y la abrazo.

—Sabes que tú y Verónica son las mujeres de mi vida.

Mamá se gira y sin importarle que sus manos estén mojadas y con jabón, las pone en mis mejillas, aplastándolas.

—Claro que somos las mujeres de tu vida, pero algún día vendrá una chica de la cual te enamores y ella se unirá al grupo, y espero con todo mi corazón que ella te amé de verdad.

Le doy un beso bastante largo en su mejilla.

Eso de las mujeres de mi vida es algo de lo que hemos hablado mucho, y significa que ellas son las únicas mujeres que ocupan un lugar verdadero en mi corazón, son las mujeres por las que daría mi vida y a las cuales amo con todo lo que tengo.

—Lo sé, pero por el momento Natalia me gusta. ¿Podrías darle una oportunidad? —pregunto suplicante.

Ella entrecierra los ojos hacia mí, pero finalmente dice:

Dos mundos, Dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora