Lea
Mis ojos se cierran y me relajo, pero aun así no puedo dormir, Matthew por otro lado está más allá que acá.
Mi pensamiento me hace reír.
Sé que Matthew está tan asustado como yo, la llegada de Milena me hace feliz, pero de igual forma hace que mi miedo incremente, no tengo idea de porque el Dios de la Obscuridad la ha enviado a está dimensión, pero seguramente no es para nada bueno.
Hace mucho que no había usado mis poderes, de hecho no debería tenerlos de nuevo conmigo, ni siquiera recuerdo qué fue lo que sentí, solo vi que los chorros de agua en forma de colas grandes iban atacar a Alan, tenía que hacer algo y solo empecé a manejarlas para que se detuvieran. La tierra y el agua siempre fueron mis elementos favoritos, cuando estaba en el Magic Light aprendí a controlarlas de una buena manera.
Sentí que mi cuerpo se desvanecía al utilizar ese poder que había perdido hace mucho tiempo, y en el momento en el que me desmayé todos los recuerdos de Milena llegaron a mí. Ella era mi más grande amiga, recuerdo que Milena no tenía mucho interés en los humanos y consideraba que no valía la pena salvarlos.
Suspiro por todas las cosas y preocupaciones que tengo en la mente, hasta que mi mirada se sitúa en el rostro pacifico de mi novio...
Novio, aún no puedo creer que lo pueda llamar de esa manera. Acaricio su cabello y sus párpados, pero al final mis dedos solo se posan en las hebras de su cabello.
—Eso se siente bien —murmura Matthew.
Detengo mis caricias por lo que ha dicho y un gruñido sale de su boca en protesta, me rio y sigo con mis caricias.
—No nos dormimos por mucho tiempo —decido susurrar.
Él sonríe como si se estuviera burlando de mí.
Es obvio que sabe que no dormí nada, trate de hacerlo pero no lo conseguí ¿Cómo podía dormirme con tantos pensamientos en la cabeza? En tan poco tiempo muchas cosas han sucedido, cosas que nunca pensé volver hacer o ver.
—Ay, señorita enojona parece que aún no notas que te conozco, y que sé que mientras yo dormía plácidamente tú no has dormido nada.
Me hago la desentendida.
—Odio cuando usas el tono de sabelotodo.
—Yo sé que en el fondo te encanta.
—No es cierto.
—Si es cierto.
—¿Por qué siempre quieres pelear conmigo? —pregunto pareciendo enojada, pero en realidad no puedo ocultar la sonrisa de diversión en mi cara.
—Yo no quiero pelear contigo, que tú seas una enojona es diferente.
Lo golpeo en el pecho, y él solo abre un ojo en respuesta, juro que lo odio... Lo juro... Créanme. Está bien, ni yo creo en mis palabras, pero al menos lo intente.
Matthew acaricia mi mejilla y me da una mirada profunda.
—Sabes que enojada te ves igual de hermosa, ¿verdad? —El sonrojo hace su aparición—. Cuando te sonrojas también te ves hermosa.
Escondo mi cara en su pecho y este vibra ante la carcajada que sale de él. Quisiera estar así por mucho tiempo sin que nada altere nuestra paz, pero sé que eso no es posible.
—Tengo que hablar con ella a solas —hablo.
En algún momento tengo que confrontar a Milena, será una conversación complicada, pero sabré resolver todo. La conozco, ella no es mala pero si es muy terca.
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Dos mundos, Dos corazones
RomanceLea sabe que lo más importante por hacer es cuidar su bosque, no dejar que ningún ser humano lo vea ni la vea a ella. Matthew tiene un corazón roto o algo parecido, pero le debe las gracias a eso, ya que esa es la razón por la que ha encontrado un...