Capítulo 28: La amo

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Matthew

A mamá le encantaba la música, creo que esa es la razón de que a Vero y a mí también nos guste de la misma manera.

Recuerdo el día en que mamá y yo compusimos la melodía, estaba tan contenta, pero luego la frustración vino a nosotros, ninguno de los dos pudo crear la letra para la canción.

Cuando mamá se fue, guardé sus cosas en una caja, al principio dolía verlas, pero luego entendí que esos objetos me hacían recordarla y que me gustaba tenerlos a mi alrededor.

No había encontrado la grabación, hasta hace unos días.

Pensé mucho en la letra que podía agregarle, pero no salía como quería.

Lea...

Una sonrisa se forma en mi rostro. Ella ha sido la razón de tantas cosas buenas en vida, ella es la razón de que por fin pude crear la letra para la canción.

Solo estábamos pasando un buen rato, y puse la canción para ver que tal le parecía. Ella solo se mostraba muy cálida. Solo quería verla reír, así que empecé a hacer muecas y cantar frases que venían a mi mente sin que pudiera pararlas.

Es increíble como todo fue tan inesperado, sin proponérmelo le hice una canción a Lea. Esa canción sin duda le pertenece, esa canción es solo una muestra de todo lo que siento por ella.

Es tan única, en este momento solo sigue dando vueltas en la arena con un vestido azul oscuro y yo... pues yo solo observo cada milímetro de ella.

¡Joder! Cómo es que estoy tan loco por ella.

Deja de dar vueltas, me mira y esa sonrisa. Mierda, esa bonita sonrisa aparece.

Lea se acerca y sin pedir permiso se sienta a horcajadas encima de mí.

—¿No me dirás que harán tú y los chicos?

Ella sabe que tengo algo entre manos, pero obviamente no planeo decírselo.

—Lo siento, enojona, pero mi boca está totalmente sellada.

Me da una mueca graciosa.

—Pero... ¿Qué haremos Milena y yo mientras tanto?

A mí no me engaña, quiere chantajearme para que le diga que vamos a hacer.

—Estoy seguro de que van a arreglárselas.

Me saca la lengua a modo de berrinche.

Le pellizco una mejilla.

No decimos nada, pero sé que ya se acerca la hora, así que pongo mis manos debajo de sus muslos y la levanto conmigo, inmediatamente envuelve sus piernas alrededor de mi cintura, pero me mira asombrada porque no esperaba que yo hiciera ese movimiento.

—Vamos, enojona. Yo tengo que hacer algo con los chicos, mientras tú y Milena pueden ver una película.

Me mira entre enojada y divertida.

No dice nada, solo recuesta su cabeza en mi hombro mientras la llevo conmigo.

Una vez llegamos a la casa, la dejo en la sala con Milena. Los chicos y yo nos vamos afuera.

Nadie dice nada mientras Logan nos lleva al lugar que me contó, pero Alan me mira de una manera algo morbosa así que le doy un empujón suave.

—Deja de mirarme así, pareces acosador —le digo, pero él solo sonríe y me revuelve el cabello.

—Ay, Matt, Matt, Matt —Lo miro cansado—Así que ahora me vas a hacer infiel de una forma muy real.

Le doy un codazo suave en el estómago.

Dos mundos, Dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora