La personalidad de mi ama

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Los personajes de Inuyasha no me pertenecen, pero esta historia es obra mía.

Capítulo 3. La personalidad de mi ama.

La alarma sonó.

Kagome abrió lentamente los ojos y se encontró con el rostro de Inuyasha, este estaba encima de ella observándola dormir.

Habían pasado ya varios días y no lograba deshacerse de él. Se había esforzado en ser detestable y hacerlo sentir como un animal, pero no había funcionado.

—¡Buenos días ama!

—¿Por qué todas las mañanas haces esto? —pregunto molesta y somnolienta.

Inuyasha ignoro su pregunta y dirigió sus ojos a los senos de chica para hablar de forma lujuriosa.

—Mmm... creo que me equivoque. —murmuro mordiéndose el labio. —Tu pecho es más...

Kagome rápidamente lo empujó, golpeándolo con su pie y haciendo que esa mañana fuera Momo el que cayera de la cama.

—¡¿Quién soy yo?! —pregunto de forma autoritaria.

—Kagome, mi ama. —murmuro Inuyasha desde el suelo, con pesar.

—¡¿Y tú?!

—¿La mascota?

—¡Correcto! Una mascota es solo eso, ¡un animal! —vociferó. —¡A partir de ahora tendrás que seguir ciertas reglas! —amenazó.

-o-

Después de una mañana ajetreada, Kagome pensó que el trabajo haría que disminuyera su enojo, pero...

—¡Solo alguien con talento puede hacer que esto suene interesante! —exclamó un compañero del trabajo de Kagome al leer el borrador de su reportaje del zoológico.

—Sí, nadie quería hacer ese reportaje. —dijo otro riendo.

—¡Debería tener más fotos! —hablo otro.

—Tienes razón —dijo su Jefe de sección, mofándose—, y tal vez podríamos poner una foto de la señorita Higurashi.

—Yo no lo veo necesario. —intervino Kagome un poco molesta en la conversación. Para ella seria humillante salir vestida de Toto.

—Que tal una foto con ella normalmente y otra al lado con el disfraz. —hablo una pelirroja con una sonrisa burlesca en la cara.

Kagome hizo una mueca.

—¡Como un antes y después! —grito otro compañero.

—¡Es innecesario! —exclamó la azabache harta del asunto. —Escribí el artículo de acuerdo con las instrucciones, si planean modificarlo deben tener en claro las ventajas que lograrían obtener e informarlas en esta reunión.

La sala guardo un tenso e incómodo silencio. Su Jefe la miro con molestia y ella le devolvió la mirada.

—¿No las hay? En ese caso... —dijo ella levantándose para dar por finalizada la charla.

—Qué miedo... —murmuro la pelirroja, fingiendo estar asustada.

—Era una simple broma de trabajo, Higurashi. —comento nuevamente un compañero.

—No acostumbro a tener este tipo de bromas en mi lugar de trabajo.

—¡Es suficiente! —interrumpió con ira el jefe de sección. —¡Usted! —señalo a Kagome. —Termine de corregir este artículo, saldrá en las impresiones de esta semana, pueden retirarse todos.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora