Capítulo 20. Consecuencias de una amarga separación.
—¿Está seguro de que no necesita que me quede? —pregunto un preocupado Jaken.
Sesshomaru lo observó sin inmutarse.
—Entiendo... —dijo con pesar el pequeño hombre, quien llevaba una gran valija en sus manos.
Estaban en el aeropuerto y su avión pronto despegaría. Debía reunirse con la abuela paterna de Sesshomaru, Tsubaki Taisho.
—Que tenga un buen viaje, señor Jaken. —dijo Rin, acercándose y abrazándolo para despedirse.
—Rin, cuídate. —murmuro Jaken muy bajito. —Y cuida al amo bonito.
—Cálmese, solo se ira por varios días. —dijo ella amablemente.
—Son suficientes para muchos cambios. —murmuro Jaken.
Rin permaneció pensativa al tratar de comprender las palabras del hombrecillo.
—Amo bonito... —murmuro Jaken al peliplata.
A decir verdad, Jaken no esperaba una gran despedida, se conformaba con un "adiós" o un simple movimiento de cabeza de su amo, sin embargo...
—Jaken —lo llamo Sesshomaru—, no tardes más de lo debido.
Aquello parecía una orden, pero Jaken sonrió, él sabía que aquella era la forma de su amo para decir que volviera pronto.
-o-
—¿Qué estás diciendo? —pregunto Sango atónita al escuchar el relato del zengen que tuvo su amiga.
—Era una mascota —respondió Kagome sonriendo—, pero también es un humano, además, ni siquiera pensaba en dejarlo quedarse para siempre en mi departamento. —concluyó. —¿Por qué me pondría sentimental con su partida?
Sango la observaba incrédula.
—Fue como cuidar a un perro abandonado durante un tiempo y nada más. —se autoconvenció la azabache. —Desde hoy pienso olvidarlo todo y continuar con mi vida.
—Kagome —la llamo Sango entristecida—, tal vez...
—Ahora me siento más aliviada —la interrumpió—, ya no tendré que fingir o mentirle a Koga nunca más. —concluyó levantándose para salir del jardín y volver a su oficina, dejando a una preocupada Sango, la cual saco inmediatamente su celular.
—Tenías razón, ella también se niega a hablar de eso. —hablo Sango.
Miroku frunció los labios al otro lado de la línea.
Inuyasha y Kagome se negaban a hablar de lo sucedido en las vacaciones y eran reacios a reencontrarse, incluso el peliplata se había negado a decir en donde vivía ahora. Miroku no podía ayudar mucho, porque tanto él como Inuyasha continuaban molestos entre sí por lo ocurrido en la excursión.
—Sin dueña y lugar donde quedarse, Momo es un perro callejero ahora. —dijo el pelinegro a través del celular.
-o-
—¡Señor Sesshomaru, detenga la limusina! —chillo Rin de repente.
—¿Qué ocurre? —pregunto el peliplata, al momento en que daba la orden a su chofer.
—¡Es él! —chillo Rin preocupada, saliendo del vehículo a toda prisa, el cual aun no terminaba de parquearse.
—¡Rin! —vocifero Sesshomaru preocupado, al verla correr.
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Eres mi mascota
RomansaKagome Higurashi, es una obstinada pero talentosa periodista que se ve obligada a compartir su departamento con Inuyasha, un muchacho despreocupado de cabellos plateados y ojos dorados. Para deshacerse de él, ella decide ponerle de condición convert...