En el departamento de Koga

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Capítulo 10. En el departamento de Koga.

El cielo estaba de un azul muy claro, y el viento era refrescante en aquel jardín con mirador del edificio Shikon. Muchos empleados merodeaban por el lugar, entre ellos se encontraban dos chicas que conversaban amenamente, la azabache estaba terminando de contar a la castaña lo sucedido con Shippo y del hecho de que dedujo la identidad de su mascota de forma asombrosa, cuando de pronto...

—Ayer Miroku y yo lo terminamos haciendo. —soltó entre murmuros y sin previo aviso, una abochornada Sango.

—¡¿Qué?! —exclamó atónita Kagome, llamando la atención de los demás. —¿Qué sucedió? —murmuro muy bajito y con las mejillas algo encendidas por las miradas que atrajo, iniciando una conversación de murmullos.

—No sé qué sucedió, estábamos conversando y de un momento a otro... —Sango puso las manos en sus mejillas coloradas. —Fue demasiado pronto... ¡Kagome tengo miedo!

—¿Miedo de qué?

—De que Miroku sea el tipo de hombre que después de "eso", se marcha al día siguiente.

—Eso no sucederá, Inuyas... Es decir, Momo, siempre dice que su amigo es un pervertido, pero contigo ha visto un gran cambio en él, bueno... sigue siendo un pervertido, pero solo contigo, ya no va de chica en chica, saltando peor que pulga.

—Necesitaba contenérselo a alguien. —dijo la fotógrafa suspirando con algo de alivio, para suerte de ellas, muchos empezaron a retirarse a su lugar de trabajo, quedando solas.

—Si él te lastima, le ordenare a Momo que lo muerda.

Sango soltó una carcajada.

—Gracias Kagome. —dijo ella risueña y la azabache respondió con una sonrisa. —Y... ¿Desde cuándo le dices "Inuyasha" a Momo? —pregunto curiosa Sango.

—No le digo así, se me ha escapado ahora. —contesto frunciendo el ceño.

Para Kagome era necesario llamarlo "Inuyasha" delante de otras personas, pero a solas y en presencia de Sango siempre le decía Momo, aunque ella sabía que últimamente en algunas ocasiones se le escapaba llamarlo por su nombre humano.

—¿Va todo bien con él? —pregunto la fotógrafa al ver pensativa a Kagome.

—No lo sé. —suspiró. —Anoche andaba muy deprimido, últimamente solo tengo a Momo en la cabeza, ni siquiera cuando estoy con Koga dejo de pensar en mi mascota.

Sango observo atentamente a Kagome.

—Kagome, creo que estas confundida.

—¿Confundida en qué?

—¿Le has dicho a Koga que lo amas?

—¿Qué? No. —contesto un poco tímida.

—Pero, ¿lo amas, verdad?

—Claro que sí, pero decir "eso" no es tan simple.

—¿Le has dicho a Momo que lo quieres?

—¿Por qué me preguntas todo esto?

—¿Alguna vez se lo has dicho a algún chico?

Kagome fijo su vista al suelo y negó con la cabeza lentamente. —¿Recuerdas cuándo te comente que había roto con mi novio el mismo día en que golpee a mi jefe Naraku y luego conocí a Inuyasha en el baño de mi departamento?

Sango asintió, escuchando en silencio.

—Su nombre es Hojo Akitoki, él continúa trabajando en la sección de anuncios del periódico. En esa época yo tenía un importante puesto de trabajo y ganaba mucho más que él, además, soy un poco más alta —Kagome rió levemente—, avanzábamos lento, pero íbamos bien... hasta que le presenté a mi prima, Suzaku. Ellos parecían llevarse bien. —suspiro nuevamente y tomo aire para continuar. —Una noche descubrí que se llevaban demasiado bien, los encontré besándose semidesnudos en el departamento de Hojo, según lo que escuché, no era la primera vez. Él se excusó diciendo que no podía estar con una mujer que lo hacía sentir inferior y yo lo abofetee para después largarme, no volví a hablar con mi prima, ni con él.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora