Capítulo 7. Mascota desaparecida.
—Me gusta. —dijo su jefe al ver el artículo. —Haz hecho un buen trabajo.
Kagome sonrió.
Últimamente sus artículos estaban tomando fama. Su "as bajo la manga", era Sango, sus fotos eran increíbles y atraían la vista de quienes simplemente ojeaban entre las páginas. Aquello junto a la narrativa concisa de Kagome, producían artículos divertidos e interesantes que aumentaban las ventas.
—Estoy pensando en ponerte junto a Ayame a escribir un importante artículo, sigue así. —comentó su jefe retirándose.
Sus compañeros se acercaron inmediatamente a ella, lo que era extraño, antes no lo hacían.
—¡Bien hecho, Higurashi! —la felicitó uno de sus colegas.
—Te has vuelto más alegre y encantadora, pero sigues siendo muy estricta. —comento otro.
—¡Oh! ¡Es cierto! Últimamente Higurashi sonríe y tiene una actitud más linda.
—Siempre ha sido linda, pero era un poco intimidante hablar con ella.
Todos rieron.
Kagome se sorprendió, empezaba a llevarse mejor con todos. ¿Cuál sería la razón?
—Higurashi. —le llamo uno de sus compañeros. —Alguien te busca. —dijo sonriendo divertido.
Kagome amplio su sonrisa y camino inmediatamente hacia donde estaba Koga, esperándola. Ninguno se percató de que eran observados por una celosa Ayame.
—Así que el rumor era cierto. —comento divertido uno de los que habían felicitado a Kagome.
—Entonces, ¿están saliendo? —pregunto otro.
—Pues, no me sorprendería que así fuera. —concluyo un joven que estaba muy cerca de la pelirroja.
La pelirroja frunció los labios, era irritante escuchar esa conversación.
-o-
Un peliplata doblaba con cuidado un papel de color amarillo para luego colocarlo en el centro de la mesita que había en la sala.
Tomo su mochila y camino hacia la entrada para luego voltearse y observar de nuevo el departamento.
"Tal vez debí decirle a mi ama".
Aquel pensamiento por un instante lo hizo vacilar en su decisión, pero lo ignoro y salió del lugar.
Ingreso al ascensor, y al momento en que las puertas iban a cerrarse un pequeño niño entro correteando.
—¡Hola! Soy Shippo, el nieto de mi abuelita Kaede, la dueña del lugar.
—Hola. —respondió con simpleza y aburrimiento sin siquiera mirar al pequeño.
—Me presento de esta forma porque sé que no eres un huésped de aquí.
Inuyasha lo observó con sorpresa.
—Sé que vives con esa mujer bonita del departamento cincuenta y seis.
El peliplata decidió ignorar al molesto y bocazas enano.
—¿Eres su amante?
Aquella pregunta provoco un sonrojo muy ligero en las mejillas del Taisho.
—El otro día también estuvo otro hombre aquí, tal vez eres su novio y ese hombre es su amante, ¡y tú ni siquiera lo sabes!, aunque esa señorita no parece ser así. —el niño hablaba muy deprisa.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi mascota
RomanceKagome Higurashi, es una obstinada pero talentosa periodista que se ve obligada a compartir su departamento con Inuyasha, un muchacho despreocupado de cabellos plateados y ojos dorados. Para deshacerse de él, ella decide ponerle de condición convert...