Haré de ti un desastre

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Hola, regresé mis queridos lectores, espero estén bien y libres de Covid.

Les traigo un pequeño, muy pequeño capítulo. Recuerden que esto es una adaptación libre, pero antes de que lean el capítulo, deben saber que tengo una...

ADVERTENCIA: Habrá situaciones explícitas que obviamente no están recomendadas para menores, este capítulo estaría calificado como un 18+ o algo así, ustedes me entienden.

Anteriormente...

—Inuyasha, yo... —balbuceó el resto de la frase.

—¿Qué? —preguntó Inuyasha al no entender.

Ella volvió a balbucear mientras evadía su mirada.

—Kagome, no puedo entenderte, así que deja mirar a otro lado y dime que sucede. —pidió preocupado.

La chica frunció el ceño, se armó de valor y lo miro a los ojos mientras sus manos tomaban el rostro de él.

—¡¿Qué demo...?!

Sin dejarlo hablar, la azabache atrajo al peliplata y pego sus labios contra los de él. Besándolo.

Inuyasha se separó, como si ella quemara.

—¡¿Qué fue eso?! —pregunto completamente colorado y confundido.

—¡Mi venganza por lo sucedido en Hakone! —chilló la muchacha ruborizada. —¡Yo te amo, idiota! ¡Es lo que trato de decirte!

Y entonces, los rostros de ambos enrojecieron ante aquella declaración.

Capítulo 27. Haré de ti un desastre.

—¿Q-qué? —preguntó Inuyasha nuevamente.

—No me hagas repetirlo. —dijo abochornada y un poco molesta.

—¿P-pero...? —él la observó.

Ella tenía sus mejillas muy sonrojadas y lo observaba expectante, poniéndolo aún más nervioso.

—T-tal vez la ruptura con Koga te afecto mucho... —opinó el peliplata. —Estás actuando precipitadamente y... —pero, una decidida Kagome volvió a tomarlo del rostro abruptamente, para atraerlo y robarle otro beso. —¡Kagome! —vociferó muy abochornado al separarse de ella. —¡¿Qué diablos haces?!

—¡No estoy actuando de forma precipitada! —declaró la muchacha. —Lo medité mucho, y créeme cuando digo que llevo un largo tiempo queriendo hacer esto y estúpidamente me negaba a reconocerlo. —confesó.

Inuyasha desvió la mirada, era la primera vez que una chica lo hacía sentirse tan avergonzado y tímido. ¡No sabía qué hacer! ¿Y si Kagome solo estaba triste por la reciente ruptura y esto era solo un acto de despecho? ¿Y si se arrepentía de todo al día siguiente?

—¿Estás s-segura?

—Si. —ella respondió con certeza.

Entonces, él la miro a los ojos por unos instantes, poco a poco fueron acercándose, acortando la distancia entre ellos, sintiendo sus respiraciones, rozando sus labios y finalmente, besándose.

Para cuando se separaron de aquel apacible y dulce beso, Kagome descubrió que Inuyasha sonreía de una forma demasiado pícara mientras se acercaba nuevamente, provocando un gran nerviosismo en ella.

—E-espera, yo...

—¿Qué pasa? —preguntó divertido por el cambio de roles en la actitud. —¿Ahora eres tú quien parece tímida?

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