Sango, Toto y Momo

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Capítulo 2. Sango, Toto y Momo.

La luz del amanecer a través de la ventana comenzaba a molestarle. Había tenido un extraño y loco sueño en el que adoptaba una mascota humana.

"¿Qué hora es?", pensó la azabache abriendo lentamente los ojos.

Sintió como si un poco de peso aumentara a un lado de la cama y volteo su cuerpo para observar.

—¡Guauuuf! —dijo el peliplata acostado a su lado con su mano vendada.

De la impresión, Kagome grito fuertemente y se cayó de la cama.

—¡Buenos días, ama! —dijo el peliplata sentándose en la cama. —Sé que debes irte temprano al trabajo, pero no debes olvidar que tienes que alimentar a tu mascota.

—¡Hazte tu propia comida! —chillo Kagome recuperándose de su conmoción y admitiendo metalmente que el sueño era real.

—No puedo hacerlo. —dijo Inuyasha de forma infantil y moviendo su mano vendada como si fuese una patita de perro. —Además, tu dijiste que debía actuar como una mascota y los perros no cocinan. —era obvio que estaba disfrutando el molestarla.

"Así que a pesar de haber estado borracho recuerda el maldito trato que estúpidamente propuse", pensó molesta la chica al momento que se levantaba e iba a la cocina. "Ojalá desaparezca antes de que yo vuelva".

-o-

Después de la reunión de los equipos de dirección de aquella mañana, su jefe de sección le había encargado que redactara acerca de la reapertura del zoológico en la ciudad y el show que darían, protagonizado por personas disfrazadas de animales caricaturescos. Pues, según palabras de su jefe "este show, parece ser especialmente popular entre las familias".

Para ello, le habían ordenado que debía utilizar uno de los disfraces, y así poder experimentar el "increíble y fantástico trabajo en el zoológico" comento su jefe.

A Kagome esto no le agradaba en lo absoluto.

—Este es Toto-kun. —dijo uno de los encargados del show, tras darle su disfraz.

—¿Acaso tiene estrabismo? —preguntó Kagome al observar los ojos bizcos y caricaturescos del disfraz de oso gigante.

—Eso es porque este personaje es algo tontito y así es como tendrás que actuar, entiendes.

Kagome miro al encargado, esperando que fuese una broma lo que acaba de decir, pero el hombre siguió hablando.

—Repartirás estos folletos a las familias que veas durante todo el día y no olvides que debes actuar de forma infantil y torpe. —concluyó diciendo antes de salir.

"Infantil y torpe", pensó Kagome, recordando al chico de cabellos plateados y ojos dorados.

La azabache empezó a colocarse el disfraz, pero tuvo serios problemas y más de una vez termino cayéndose. Al ver que no salía, una de las fotógrafas del periódico que estaba encargada de capturar las mejores imágenes de Kagome disfrazada en el show, decidió entrar.

—¿Toc, toc? —dijo ella amablemente.

Kagome se volteó para verla y termino cayendo nuevamente.

—¡Oh no! Déjame ayudarte. —exclamó ella y corrió hacia una Kagome que no dejaba de moverse como si fuera una tortuga que cayó sobre su caparazón.

Fue un trabajo laborioso y humillante, en el cual recibió mucha ayuda de aquella fotógrafa de nombre Sango, una chica de cabello largo castaño y ojos del mismo color.

Eres mi mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora