Aline era renuente a demostrar sus sentimientos, y menos al hombre frente a ella.
—¿Por qué me llamaste tan temprano?
La rubia había despertado sola en el sofá cama de la sala y es que no era alguien que madrugara, por lo que no le sorprendió que Matthew se hubiese marchado especialmente hoy. Aline por su lado había planeado ir a comprar algún atuendo idóneo para ocasión y de paso resarcir sus pequeñas maldades, en cambio antes de siquiera ponerse en marcha Roger le llamaba nublado su día pidiéndole reunirse.
—Veo que ahora te sientes bastante valiente ¿Qué piensas ganar con ello? Te creí más lista Aline.
—Entonces me llamaste solo para decir que soy una tonta.— La renuente mujer empuñó sus manos llena de rabia dirigida a la persona ante ella.
—¿Y es que no lo eres? Dime Aline... ¿Recuerdas a Dylan? Pensé que una madre sería capaz de cualquier cosa por recuperar a su hijo.
La mandíbula de Aline tembló ligeramente, fue un movimiento casi impermeable para el hombre que bebía una taza de café como si el mundo fuera tan placentero.
—Joder Roger, hice cada cosa que me pediste, me convertí en la puta de la sociedad. Me has robado gran parte de mi herencia, sin ella no serías más que un muerto de hambre.
Roger apareció en su vida muchos años antes de la muerte de su padre, era el secretario privado de Aurelio Thompson. Desde que ingreso al puesto fue un hombre servicial, eficiente, pero con un gran defecto, era un ser demasiado ambicioso. El día que su padre fue asesinado, Roger fue la primera persona en llegar al lugar de los hechos argumentado había muchas personas rencorosas que tenían la mira en Aurelio, por supuestas acusaciones de malversación de fondos. El caso quedó cerrado por falta de pruebas, pero Aline aún era una adolescente quien en medio de su pena no prestaba la debida atención.
A solo un par de meses de la partida de su amado padre, la rubia descubrió a su madre teniendo relaciones con Roger, la rabia y la decepción invadieron su pequeña y joven mente llevándola agredir físicamente al hombre que estaba sobre su madre, lo que ella no esperaba es que su propia progenitora saliera a su defensa argumentando que era el único que le daba consuelo y sin más le gritó a su hija que se casaría con él.
El tiempo acrecentó los rumores acerca del matrimonio apresurado de aquella pareja. Aline aún era menor de edad para manejar la jugosa herencia de su padre y su madre ciega y sorda al mundo firmo cuánto poder le presentaba Roger hasta ser él quien manejara la herencia.
Aline no tenía voz ni voto en su propia casa por lo que su carácter fue de mal a peor estresando a la ya nerviosa mujer. La mayor comenzó a tener problemas de insomnio y los nervios la traicionaban en gran medida haciendo que su mesita de noche se llenara de fármacos. Roger insisto a su enferma mujer realizar un viaje argumentado sería bueno para despejar su mente dejando a Aline sola en casa hasta que el inicio de su pesadilla comenzó.
—¿Me odias?
La pregunta trajo a Aline al presente sacándola de un rápido flashback.
—Usaste la fuerza conmigo, te quédate con los frutos del trabajo de mi padre, escondes a mi madre de mí y tienes a mi hijo prácticamente secuestrado ¿Tengo razón para odiarte? Además... Estoy casi segura que estás detrás de lo que le corrió a mi padre.
Los movimientos del Roger se detuvieron mirándola fijamente por un escaso tiempo.
—Que rica imaginación.
—Dime de una vez lo que quieres y vete, si solo querías hacerme perder tiempo me voy.
Dispuesta a levantarse tomó su bolso, pero la mano arrugada del hombre la detuvo.
—¿Quieres ver tu hijo?
Eso hizo que toda la atención de la rubia se centrara en él.
—Pasado mañana te llevaré con el niño a cambio necesito de algo muy insignificante.
—¿Qué es?— preguntó Aline con cautela sabiendo de las trampas entre líneas.
—El resto de las acciones.
Aline entendió lo que quería, eso era prácticamente dejarla en la calle. Aún manejaba una pequeña parte que llevó a juicio y que al ganar le daba lo suficiente para vivir cómodamente.
—¿Qué hiciste con el resto?
—Una mala inversión me obligó a venderlas de no ser así jamás me hubiera metido en la política, si recupero el resto no tendré que preocuparme por la vejez y tú no solo sabrás dónde está tu madre, también tendrás a tu hijo de vuelta.
Aline convivió con su hijo tres años antes de que Roger lo arrancara de su vida, es por eso que ni Carolina que era su amiga sabía de la existencia del niño. Volver a sentir aquellos pequeños brazos rodear su cuello y escuchar las palabras "Mami" una vez más lo valía todo.
—Esta bien. Prepara el documento que lo firmaré, te daré cada acción y te regresaré el departamento, pero en cambio cumple tu palabra.
Con asco miró de reojo al hombre que sonreía triunfante. Retirada del café Aline se apoyó en la pared del callejón más cercano mirando al cielo. Los recuerdos de Dylan eran una yaga bastante dolorosa, los azulados ojos se nublaron de lágrimas deseando acabar con el infierno terrenal.
El reloj siguió avanzando hasta que la rubia volvió al departamento, no tuvo ánimos de ir de compras así que solo fue a su propio apartamento por cualquier cosa al fin y al cabo el armario estaba lleno de hermosos vestidos y joyas a juego. Tenía que volver a su rostro habitual ocultando su desgarradora verdad y suprimiendo en apariencia su dolor para ser la Aline que todos conocen ocultando sus verdades bajo la máscara.
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Bajo la máscara II
RomanceDinero, poder y posición. ¿Qué tan lejos es capaz el ser humano de llegar para obtenerlo? Aline Thompson parece tener eso y mucho más, sin embargo nada más alejado de la realidad. Esclava de la dictadura y tiranía por parte de su propio padre, es su...