26. La nueva mesera.

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Las decisiones no siempre son fáciles y no importa si son para bien, ahora eso lo tenía bien claro Aline.

La rubia no había tenido la necesidad de trabajar, al menos no en un trabajo honrado en dónde no implicara usar su cuerpo para beneficio de otros; ataviada en un uniforme blanco con delantal rojo servía y limpiaba las mesas de un café ubicado al frente del "Acuario de nueva Inglaterra" al ser un lugar turístico y de gran aglomeración en Boston su trabajo no tenía fin, sin embargo lo agradecía ya que la mantenía ocupada de sus propios pensamientos.

—Aline. La orden de la mesa 8 está lista— gritó el chef de la cocina.

—Enseguida— rápidamente la rubia se acercó a la barra para colocar en la bandeja un plato de wafles y un café latte.

—Contratar a una muchacha tan linda y trabajadora tuvo éxito, gracias a Dios aquí siempre está lleno, pero desde que Aline llegó los hombres guapos nos rodean.

Escuchar eso de la mujer que se encontraba en la caja la hizo sonreír. Cuando Aline llegó a Boston pensó en lo que debería hacer ahora y es que gracias al dinero que Joel le prestó pudo viajar,sin embargo tenía que devolver el favor y para eso necesitaba un empleo. Caminando de aquí para allá encontró un letrero en el cual requerían una mesera con experiencia y ganas de trabajar, no obstante lo que la rubia no tenía era eso "experiencia" y aún así se animó a ir al café encontrando a un matrimonio ya mayor sin hijos, por suerte para Aline la mujer pareció compadecerse de ella dándole la oportunidad.

—Me alegra que al menos ayude a atraer más clientes.

Doce horas de pié yendo y viniendo tenían a Aline muerta del cansancio y es que sí algo no podía perder la rubia era el glamur por lo que los tacones siempre eran parte de su atuendo.

—Aquí tienes un café y galletas, fue un día muy duro.

—Está bien.

—Buscaremos a otra chica para que puedan dividirse el horario— mencionó el esposo de la mujer mayor.

—No es necesario, prefiero que me paguen a mí el sueldo de esa otra persona, de verdad yo puedo con el trabajo sola.

El matrimonio se miró entre sí para al final aceptar la propuesta de Aline.

—Mi viejito y yo hablamos y creemos que debe ser muy duro ir y venir así que, si está bien para tí, puedes ocupar el cuarto de almacén para vivir aquí.

Aline no lo pensó demasiado, sin duda ahorrar un poco de dinero no estaba mal por lo que acepto sin dudar.

—¡Muchísimas gracias!

Dos días después Aline ya está a instalada por completo en el café y antes de empezar el día su teléfono sonó.

—Hola pequeña fugada ¿Qué tal todo?

—Joel, ese apodo es de muy mal gusto y estoy bien.

—Me alegra, bueno cambiando de tema. Esta noche hay un evento y quiero que me acompañes.

—¿Evento? Espera... ¿Estás en Boston?

—¡Bingo! Es una fiesta de máscaras, creo que ya sabes a qué "fiesta" me refiero.

Aline sabía perfectamente a que se refería y siendo sinceros había dejado de asistir a ellas desde que inició una relación con Matthew, Aline es una mujer ardiente que gusta del sexo y con la ausencia de Rousell necesitaba sentirse por lo menos deseada.

—De acuerdo, envíame la dirección.

—Tranquila yo mandaré a un chófer por tí, pero no hables con él ya que es un invitado también.

¿Enviaras a un invitado por mí? Como sea, que pase por mí a las once.

Después de colgar el teléfono Aline se quedó mirando su reflejo en el espejo frente a ella preguntándose si de verdad era la respuesta correcta. El día transcurrió con normalidad hasta la hora del cierre en el que después de limpiar y despedir a la pareja se puso en marcha para alistarse. Aline aún conservaba unas cuantas prensas de diseñador ya que había vendido la mayoría, así que eligiendo un vestido de lentejuelas negras por arriba de los muslos y zapatillas del mismo color pudo casi concluir su arreglo, solo faltaba un toque por lo que se levantó la cabellera en un elegante chongo para usar cierta peineta.

—Creo que no está mal.

Segundos después el pitido de un claxon le hizo saber que la esperaban. Colocándose un antifaz que cubría medio rostro salió por la puerta trasera del café encontrando un auto negro.

—¿Te manda Joel?

El chofer quién portaba una máscara cubriendo su rostro por completo asintió. Aline sospecho un poco por lo que llamó a su amigo quién confirmó ese era el hombre que la recogería.

—Vamos entonces.

El sujeto no dirigió ni una sola palabra a la rubia durante todo el trayecto hasta llegar al bar destinado.

—¡Gracias!— Aline agradeció al recibir ayuda para bajar del vehículo.

—¡Aline! Llegaste preciosura—Joel se acercó para recibir a su amiga en un abrazo.

—Tu chofer es puntual— mencionó la rubia sin apartar la vista del hombre que la había traído.

—¿Lo es? Creí que sería mejor que fuera él por ti.

Aline no comprendió a qué se refería y mientras entraba al bar no apartó la vista de aquella máscara intentando ver al hombre detrás de ella. Al interior el ambiente estaba muy animado y Aline rápidamente entró en el siendo observada en todo momento. En algún punto de la madrugada el organizador de la fiesta habló.

—Bienvenidos sean todos ustedes, como saben el motivo de la fiesta es divertirse y pasarla bien. No hace falta repetir las normas ya que todos y todas las conocen a la perfección. El día de hoy para finalizar el evento jugaremos, pero... El juego lo decidirá la suerte.

Una mujer en traje de baño salió con una tómbola con varias pelotas en las cuales cada una tenía una actividad sexual diferente.

—Dejemos que la suerte decida.

Un par de giros bastaron para dejar caer una sola pelota que tras leerla el presentador gritó.

—¡KEY PARTY!

Todos aplaudieron felices por el resultado, en cambio Aline se sintió un poco ansiosa, tenía años sin entrar a esa actividad.

—Para los nuevos en el "KEY PARTY" consiste en lo siguiente: cada caballero colocará en una urna las llaves de su auto. Las damas pasarán con los ojos cerrados a elegir una del montón, así mismo y sin forzar a nadie pasarán la noche con el propietario de la misma.

Rápidamente y en orden hicieron lo propio, al llenar la urna las mujeres hicieron una fila pasando una a una hasta llegar el turno de Aline. Lentamente y con el corazón a mil, introdujo la mano sacando la llave.

—Que levante la mano el propietario de la llave— dijo en voz alta el organizador.

Momento después una mano se alzó dejando ver al chófer de Joel quien pasaría la noche con Aline.


Nota:
Estamos a cinco capítulos del final de Esclava  (Bajo la máscara II) ¡Gracias! 🌟

Bajo la máscara IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora