19. Marie y Roger.

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El rostro de Aline era impactado por el aire cálido del puerto mientras miraba a lo lejos el paisaje. Decir adiós no había sido tan fácil como aparentaba, le era bastante complicado dejar lo que la hizo feliz aunque fuera momentáneamente.

—¡Llegaste!

Sin necesidad de girarse Aline sabía perfectamente quién era la persona a sus espaldas. Roger al igual que siempre la miraba de muchas formas, superioridad, desden y deseo, porque había algo que Roger no negaba y eso era la belleza de Aline, ya había probado de ella cuando según sus palabras era tierna, sin embargo el volver a poseerla en su mejor momento era algo que rondaba su mente desde hace mucho.

—¿Dónde está mi hijo?

—La impaciencia es tu peor defecto Aline ¡Sígueme!

La aludida se volvió poco a poco observando la espalda de su desgracia, no obstante hoy rompería cadenas con el pasado y el dolor.

Tomando un pequeño maletín del asiento trasero siguió el sendero que Roger trazaba hasta llegar a una zona de carga, el sitio estaba rodeado por contenedores, debido a la hora la obscuridad hacía de ese lugar algo tétrico.

—No pienso seguir más allá. Tengo lo que quieres y tú lo que yo anhelo, no veo la necesidad de avanzar.

—¿Segura? Dylan está esperando por tí— mencionaba mientras encendía un cigarrillo.

Si había algo que tocara todas las fibras de Aline, ese era precisamente su hijo. Maldiciendo a sus adentros continuó detrás de Roger hasta que una silueta familiar la hizo fruncir la frente.

—¿Qué hace ella aquí?¿Ustedes se conocen?

—¡Hola!— Marie saludó a la rubia como si nada, se podía decir que con una extraña sonrisa.

—Roger ¿Qué hace la ex esposa de Rousell aquí?

Pero en lugar escuchar la respuesta sus ojos se agrandaron al ver cómo el par ante ella se besaba.

—¿No te lo dije? Rogercito y yo estamos juntos ahora, él es mi amante.

Aline se enfureció al escucharlo y no precisamente porque le interesara alguna de las personas.

—¿Qué pasa con mi madre entonces? Creí que tú y ella seguían en una relación que es por eso que solo tú sabías dónde estaba.

—¿Tú madre? Cierto... Esa mujer está más loca que una cabra, ella ahora mismo está en un hospital psiquiátrico, pero tranquila que hay una enfermera que la cuida o al menos eso creo.

La respiración de Aline se aceleró al grado de lanzarse encima de Roger, sin embargo no esperaba que este le apuntara con un arma en la frente.

—Tan impulsiva como siempre.

—No puedo creer que mi hija y Matthew estén ciegos por alguien como tú.

Los ojos de Aline iban y venían entre la ex de Rousell y su maldito padrastro.

—No cabe duda que la porquería siempre se junta.

Lo que acababa de decir le hizo acreedora de un golpe en la cien dejándole una herida ocasionada por el arma, la cálida sangre se deslizó por un lado del rostro además de dejarla aturdida.

—Entrega a mi... Mi madre e hijo.

—Eso será un poco difícil— la respuesta de Roger tenía una aire de burla.

—¿Qué quieres decir?

Antes de escuchar a qué se refería, Marie le mostró a Roger el teléfono que sonaba mostrando el nombre de Matthew en la pantalla.

Bajo la máscara IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora