17. Admirable y Decidida.

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Dedicatoria a: ColePaz ¡Gracias por tu apoyo bella!

Matthew no podía ocultar su cara de sopresa ante lo que escuchaba sin previo aviso.

—¿De verdad tines un hijo? ¿Un niño de carne y hueso?

—¿Qué pregunta tan estúpida es esa? Claro que un niño de carne y hueso Rousell, no conozco otra clase de niños.

Matthew de sintió un completo idiota al darse cuenta de lo que acababa de decir.

—Lo lamento es que... Aline no me lo esperaba. Quiero decir siempre pensé que tenías una vida demasiado liberal.

Aline recordó la primera vez que Matthew la ayudó y en qué circunstancias. Los rumores acerca de lo libertina que era estaban en pleno apogeo y si sumaba las actividades que llevaba acabo para satisfacer su sexualidad ¿Qué tan equivocadas estaban esas personas?

—Mattew... Puede que pensaras en mí como una mujerzuela, pero sabes... No lo soy o al menos no por elección.

—No quise decir eso.

La rubia mordió sus labios pensando en si debía hablar libremente, ya había mencionado a su hijo así que lo demás no sería un problema en realidad.

—Escúchame atentamente por favor. Tuve a mi hijo cuando recién había cumplido diecinueve, actualmente él tiene ocho años.

Matthew quería preguntar dónde estaba o porqué no le había visto, no obstante dejó que Aline hablara a su ritmo mientras la abrazaba con fuerza.

—No volví a ver a mi hijo después de sus tres años. Mi padrastro lo tiene y no sé en dónde. Antes de cumplir mi mayoría de edad mi madre le firmó varios poderes que le otorgaron ser el albacea de la herencia, cuando por fin pude pelear una mínima parte de lo que me pertenecía él secuestró a mi hijo para manejarme a su antojo y así de algún modo tenerla toda en su poder.

Matthew tensó la mandíbula impotente de saber todo lo que ha lidiado Aline.

—Me acosté con algunas personas importantes, fuí la moneda de cambio para Roger así obtenía jugosos contratos, por esa razón aquella vez fui agredida, como puedes darte cuenta no estaba en posición de defenderme cuando todo era verdad.

Aline sintió su garganta bloquearse, no quiere llorar una vez más a causa de ese hombre.

—¿Cómo se llama, tu hijo?

—¡Dylan! Es un niño precioso, mira— Aline se levantó sacando del tocador una caja de la cual extrajo un fotografía, en ella abrazaba a un niño de ojos verdes y rubio, la expresión de Aline en esa foto era la de una joven feliz, inexperta, pero que sin duda sentía que su mundo estaba en sus brazos.

—Es igual a tí.

—¿Es así? Yo... Yo quiero recuperarlo Matthew y por fin estoy a un paso de lograrlo.

—Pero... Si no lo has visto en cinco años ¿Qué te asegura que será así? A todo esto ¿Qué pasa con el padre del niño? No puedo concebir que te dejara sola en todo esto.

Bajo la máscara IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora