Capítulo 14

110 10 1
                                    

These boots are made for walking - Nancy Sinatra

Maratón 2 - 4

Antes de venir tuvimos una charla de no sé cuanto tiempo para terminar de perfeccionar todo.

Entro junto con Tyler —con su disfraz puesto, para aclarar —directamente a la sala de reuniones, mientras que el resto se va a ocupar de su parte.

Estamos solos en la sala de reuniones y mi mirada cae en la cámara que tengo frente mío.

Solo espero que no haya complicaciones.

Estoy tan inquieta que me empiezo a bajar el vestido negro o a alzar lo más que puedo las botas del mismo color.

Todo va a salir bien.

—Lo sé.

—Claro, por eso ya mismo te vas a arrancar ese mechón de pelo de tanto que lo enrollas y a destrozar tu ropa. —Suelto el mechón de inmediato y trato de mantener la calma —

—Eso no significa nada.

—Ajá.

Antes de que pueda responderle la puerta se abre, dejando ver a Adam y este tiene unos papeles en la mano.

—Solo tenías que venir tú, pensé que fui obvio. —Lanza los papeles en la mesa y algunos se desparraman —

—No voy a correr más riegos.

—Como sea. Quiero hablar contigo sobre tu trabajo aquí. —Me queda viendo de una forma que me da escalofríos, pero trato de disimularlo —

—¿Qué pasa con mi trabajo? Todo va como hemos acordado.

—Quiero que renuncies.

—No, quiero que me despidas.

En el contrato de mierda que firmé confiando en que Diego —Él se encargó de negociar y todo —se acordó que si renunciaba ellos tenían el derecho de quedarse con todo. Técnicamente decía que ellos eran mis dueños, pero si me despedían era por fallo mío y así me dejarán todo porque ya no necesitan mis canciones o de mí para ganar dinero.

—Sabes que no puedo hacer eso.

—Claro que puedes. Solo que necesitas de mí para sobrevivir.

—No eres mi único ingreso, zorra. —Cuando hizo un ademán de levantarse Tyler se acercó a mí —

—Pues no lo parece. Quiero todo lo que me pertenece y así me iré en paz.

Mateo

Me dieron ganas de ir al baño, pero no puedo irme ahora. Aguanto lo que puedo, mientras sigo buscando en el escritorio y no encuentro nada.

Voy buscando en uno de los estantes —Que hay miles, por cierto —, pero solo hay libros sobre economía y ese tipo de cosas. No entiendo por qué los tiene si no le gusta leer ni el periódico.

Escucho pasos acercarse y me escondo en una habitación pequeña. Por suerte tiene una ventana por si un caso tengo que salir. 

Me siento como en las películas de espías. 

—Ven, tenemos que terminar esto rápido.

—No creo que aquí sea un buen lugar. —Es la voz de Asher —

Si se meten aquí hacemos trío y no precisamente para cantar.

Conciencia, no es momento.

Inesperada Melodía ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora