Capítulo 15

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Maratón 3 - 4

Estoy esperando a Tyler y Elena en al auto, mientras le dan un montón de instrucciones al pobre de Sebastián.

Le dije a Elena que yo le iba a ayudar a transportar todo el equipo que necesite a mi casa para hacer las fotos. Tyler escuchó todo y se hizo el invitado.

—¡Ya déjenlo y vengan! —Grito desde mi asiento —

Ambos se despiden de él y pone cara de alivio.

—Pido adelante. —Dice Elena —

—Yo soy su novio, tengo más derechos.

—Mentira.

¿Acaba de decir novio?

Sí.

Siento que la cara me está ardiendo por lo roja que estoy. Mi corazón está latiendo como loco que incluso creo que se me va a salir por la boca.

Una parte de mí recordó lo que dijo Adam, de qué era un monstruo y por eso no podría ser feliz. Quité ese pensamiento de inmediato.

—Alice, di quien puede ir adelanté. —Ambos me miran con los brazos cruzados —

—Mmmm... yo... —Él se da cuenta de mi nerviosismo y contiene una risita —

—¿Alice, verdad que somos novios? —Se forma una sonrisa malvada en su rostro —

Maldito.

Me trago todos los nervios que tengo y trato de encontrar mi voz.

—No, que Elena se venga adelante.

Ella se le burla, mientras Tyler me mira indignado. Ponen las cosas y toman sus respectivos asientos. Suelto un suspiro.

Llegamos a mi casa y fuimos bajando todo lo que había traído Elena para ponerlo en la sala. Ella se va a recorrer el lugar junto con luna para ver que parte de la casa se vería bien.

—Así que te hice sonrojar. —Tyler se sienta en el taburete a mi lado —

—Yo no me sonrojo.

—Ajá. —Me acerca a él rodeándome con su brazo en mi cintura —Mucho mejor.

—¿Por qué dijiste que estamos juntos? —Pregunto sin pensarlo dos veces —

—Sentí que esa era la palabra que describiría lo nuestro ¿No crees?

—Sí, pero se sintió raro.

—¿El qué? ¿Escucharme decir que soy tu novio?

Mi cara vuelve a arder y para que no me vea la escondo en la curvatura de su cuello.

—¿Te volviste a sonrojar?

—No.

—Okey ¿Qué pasaría si te dijera cariño?

Podría jurar que mi cara parece que está hirviendo de tanto rubor.

—Si me sigues molestando te voy a lanzar un sartén. —Suelta una carcajada y le doy un golpe en el hombro —¡No es gracioso!

Su mano agarra mi mentón y me obliga a verlo. Pone un mechón de pelo atrás de mi oreja, creo que me perdí en el azul de sus ojos.

—Pareces un tomate.

—No te burles.

—No lo hago, además de que eres un tomate lindo.

—Eres detestable ¿Lo sabías?

Inesperada Melodía ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora