Extra 5

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Tyler

—¿Seguro que puedes cuidar a todos estos niños tú solo? Puedo contratar a una niñera o llamo a la señora que viene todas las semanas para que te ayude.

—Cristal, estaré bien.

La pelinegra se cruza de brazos, probablemente no me tiene tanta fe.

—¿Qué puede pasar si me quedo con Caín, Ian, Isabella y Emma? Nada malo.

Y escucho algo romperse.

Cierro los ojos por un momento al escuchar los pasos de los pequeños.

—Fue Ian.

—No, fue Caín.

Se señalan mutuamente.

—Primero que nada ¿Qué rompieron?

Ambos miran a Cristal con algo de pena.

—Una foto de papá, tía Alice y contigo.

Miro con seriedad a mi hijo, Ian. Mientras que Cristal va con Caín a limpiar el desastre.

—¿Vas a decirme quién de verdad lo hizo?

—Isa. —Admite en un susurro —

Isabella, bueno, hubiera pensado que Emma lo hubiera hecho, suele ser la más desastrosa entre los cuatro.

Ian se remueve su cabello rojizo, que por supuesto que lo sacó de Alice. Aunque debo admitir que él se parece demasiado a ella, tiene hasta las pecas y los ojos verdes, incluso su inteligencia, para ser un niño de tres años es muy listo.

Mi última hija, Isabella, también comparte el cabello rojizo, pero se diferencian en los ojos porque ella tiene el mismo tono azul que los míos. Hace un año y un mes que nació, es la niña más hermosa que he visto.

—Ya todo está arreglado. Confío en que podrás manejar todo esto. Isa está jugando con Caín.

La pelinegra habla con un poco de apuro.

Pone en mis brazos a Emma, su hija. Ella e Isa se llevan nada más que un mes. Cuando Cristal le dijo a Alice que también estaba embarazada fue como si le dieran la mejor noticia del mundo porque al menos iba a pasar el proceso junto con su mejor amiga.

—Adiós, corazón. —Le deja un beso a la bebé en mis brazos —Pórtate bien con tu tío Tyler y no hagas travesuras.

—Todo estará bien.

—Me avisas cualquier cosa que le pase.

—Sí, mamá osa.

La pequeña se pone a jugar con el dije de mi cadena, es un micrófono.

—Hasta luego.

Termina de despedirse del resto de los niños y sale por la puerta principal de la casa.

Caín trae en brazos a su prima con un poco de recelo.

—Tío, se hizo popó.

Ian se tapa la nariz y pone cara de asco.

Agarro a mi hija en brazos para subir a su habitación y en el trayecto Emma también se ensucia el pañal.

—Okay, ahora voy a limpiarlas.

Mientras le ajusto el pañal a Isa y escucho los maullidos de Maya.

—¡Niños, espero que no estén molestando a la gata!

Una vez los araño por estar jalándole la cola, pero ninguno de los dos ha aprendido, a pesar de que les hemos hablado.

Después de eso, Maya viene corriendo hacia acá junto con Luna.

Inesperada Melodía ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora