Flufftober

12. Flores

Quince besos / Pansy y Neville

Au: no mágico / Edad Media -o algo así-

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Lady Pansy era la doncella más hermosa del reino.

Tenía unos orbes verdes esmeraldas que robaba suspiros, su piel blanquecina era suave como el terciopelo, sus vestidos eran bordados a mano con las mejores costuras y telas, su joyería solo resaltaba más su belleza natural, siempre andaba con una hermosa sonrisa, se preocupaba por el pueblo aun cuando todavía no era reina, y era gentil y de buen corazón.

Los hombres parecían dispuestos a morir y enfrentarse a duelos por ella, príncipes de diferentes reinos llegaban a las tierras de Avalon con riquezas y joyas para tratar de cortejarla.

Todos igual de ególatras y superficiales, ¿Acaso no se daban cuenta que Pansy ya tenía todo eso? ¿Era malo querer buscar algo más? Tal vez si lo era, porque su padre no parecia tener sus mismas opiniones, frustrándose cada vez que ella rechazaba a alguno de esos nobles cuando ni siquiera habían tenido la oportunidad de hablar con ella.

Y estaba tan enojada, sabía que en unos años ella tendría que dirigir al reino, tenía que ser desposada, aun cuando sabía que no necesitaba de ningún hombre para eso, ella en realidad quería un compañero de vida, se veia algo muy difícil de conseguir.

Se dirigió a las caballerizas, un paseo por el bosque le sentaría bien.

—Mi lady — Volteo de inmediato a la voz suave que la saludo, estaba tan encerrada en su mente que no lo había visto al entrar.

—Sir. Longbottom — El chico ahora se encontraba haciendo una pequeña reverencia a la princesa, Neville era el caballero más leal del reino, había crecido en el palacio desde que era un niño y ahora servía a su padre con honor.

—Ordena que preparen a mi cabello — Pidió.

—Claro, avisare a la guardia para que la acompañemos.

Ella lo tomo del brazo antes de que saliera de ahí —No, esta vez iré sola — Pudo ver la preocupación en el rostro del chico, ella se alejó de su toque al ver lo cerca que se encontraban.

—No puedo dejarla ir sola Mi lady, es peligroso —Respondió cohibido, le era gracioso como en batalla podía verse mordaz e imponente, pero su naturaleza era gentil y tranquila —Al menos deje que yo la acompañe.

Lo pensó un momento, pero finalmente aceptó, y una vez preparados los caballos, tomaron el camino, alejándose del palacio. El día era ligeramente nublado, pero la brisa era fresca y las hojas en movimiento le generaban paz.

Llegaron hasta una zona al este, donde había un pequeño estanque y las flores se abrían paso por todo el prado, era en realidad su lugar favorito, unos kilómetros más al norte se encontraban los cultivos y los pueblos cercanos.

Bajaron de los caballos, y ella no tuvo inconvenientes en tirarse en el suelo, y solo respirar.

Sabía que Longbottom andaba cerca, aun cuando el intentaba quedarse metros atrás para respetar su privacidad.

—La veo preocupaba — Probó el chico, se había quitado sus guantes y ahora andaba con espada en mano, no podían atenerse y que fueran atacados por sorpresa — Si hay algo en lo que pueda ayudar...

—Es algo en lo que nadie puede ayudar —Suspiró, ahora pasaba su mano por el corto pasto, tentándose con acercase más a la orilla del estanque.

—Podría escucharla —Ella no supo que decir de primera instancia, normalmente los tratos con los caballeros eran exclusivamente para proporcionar información en el gran comedor sobre motivos del reinos, órdenes y estrategias de guerra, nada más.

El chico quedo a su lado, para luego arrodillarse, quedando a su altura, el había cortado unas de las flores, y se las tendía con la cabeza gacha en señal de respeto.

Podía ver el rubor en el chico, y sentía su propio calor llegar hasta sus orejas, tuvo que disimular que se quedó sin aliento, y las tomó.

Miró un poco más a Neville, el chico era apuesto, en esos dos últimos años había cambiado, su cara redonda había desaparecido, su mandíbula se acentuaba, y su cabello rubio estaba algo largo amarrado por un chongo.

—Gracias — Contestó bajito, el chico ahora la miraba a los ojos con una cálida sonrisa.

El paseo no había sido tan mala idea después de todo.

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Esa misma tarde habían regresado al reino, pero Pansy no había podido olvidarse de su caballero, tenía las flores que le había regalado en su cámara, era lo primero que veia al despertar, ella se encontraba con la ilusión de que lo volviera a hacer.

Sabía que el chico era lo suficientemente correcto y tímido para eso, así que tuvo que alentarlo con señales sutiles, pero lo consiguió, ellos pronto se encontraron siendo más cercanos, y el corazón de la princesa estaba siendo robado.

Oh, su padre pondría el grito en el cielo, estaba segura, porque ella había sido visitada por miles de príncipes, con los cuales podrían crear importantes alianzas y así traer prosperidad al reino, pero no, ella se había enamorado de un simple caballero, aun así, no estaba dispuesta a dejarlo ir, era todo lo que había buscado en un hombre alguna vez, se preocupada por ella y la cuidaba, la hacía sentir querida e importante no por su corona, si no por su ser.

Justo esa tarde la guardia real tendría que partir con su padre a un enfrentamiento, sabía que tenía que quedarse en nombre de su padre.

—Te extrañare — Le dijo por tercera vez, ella ahora estaba de infiltrada en sus cámaras, ayudándolo a ponerse su armadura.

—Yo más querida —Giró para poder ver los ojos verdes que lo hacían derretirse — Traeré la victoria solo por y para ti —Exclamó en un susurro, como si le contara un secreto, Pansy rio.

—Estoy segura de que lo harás.

El viaje duro quince dias, lo primero que hizo Neville al regresar fue darle a su amada los besos por los dias que no estuvo.

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Ayer los tiempos no me cuadraron y termine haciendo tarea a las tres de la mañana, en fin, nunca estudien Arquitectura.

Creo que ahora que tengo que actualizar diario se pueden dar una idea de que soy bastante nocturna, aun cuando juro que me voy a levantar temprano.

Así que si ven que subo lo del día trece a las dos de la mañana no se sorprendan.

Pero bueno que lo estoy intentando, ya casi estamos a la mitad xx