Flufftober

27. Elección

Baile lento / Regulus y Snape

Au: no mágico / Royal era

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Que nadie los deje engañar, no por no ser el heredero legitimo al trono, significaba que no tuvieras responsabilidades y obligaciones.

No se estaba quejando del todo, ellos habían nacido con el privilegio de nacer en la realeza, y tenía todo lo que se necesitaba de un príncipe. Educación, elegancia, determinación; era hábil, astuto y racional. Parecia su ambiente natural, se decía entre las malas lenguas que él tenía mucha más madera para ser el heredero al trono que su hermano mayor, Sirius, quien no tenía ningún interés en gobernar algún día, siempre huyendo de sus responsabilidades, como si pudiera uno salir de ahí realmente.

Tal vez de ahí venia todo el martirio de Regulus, había algunas cosas que él mismo estaría feliz por pasarse de largo, por qué no, no es que él tuviera algún problema con un baile, ya había ido a cientos de ellos, conocía cualquier tipo de coreografía básica, incluidos los bailes ceremoniales y de protocolo como la palma de su mano.

La cosa era que este no era cualquier baile.

Ni su hermano ni él parecían estar interesados en tener pareja, el mayor, por el puro placer de darle rabietas extras al rey y la reina, en cuanto le presentaban a una linda princesa con la cual podría ser fácil llevar una vida, se encargaba de que la chica lo terminara odiando, así jamás podría aceptar contraer matrimonio con él.

Él en cambio, sus razones iban mucho mas allá, jamás se había interesado románticamente de una chica, las doncellas que le presentaban ocasionalmente, eran hermosas, eran simpáticas, con gracia y bondadosas, pero fuera de poder apreciarlas por lo maravillosas que eran, simplemente no había sucedido, y a sus ojos, era porque no había conocido a la chica correcta.

Él prácticamente estaría obligado a elegir a una de las chicas que fueran al baile de esa noche, invitarla a bailar, para después conocerla mejor y así, desposarla. Tal vez para sus padres había funcionado, él lo veia un poco más complicado.

Y aun así ahí estaba, despojándose de sus prendas para tomar un baño antes de la entrada, reviso que el agua de la tina estuviera templada, para después poder entrar en ella despacio, sentándose y estirando los músculos, en un intento de, por un momento, olvidarse de todo el mundo de personas que estaban en el salón, y poder limpiar su estrés.

Su tiempo se vio reducido a minutos cuando tocaron a su puerta para avisarle que tenía que estar listo en veinte minutos, con un suspiro salió de la ducha, su cabello derramando algunas gotas de agua por el mosaico.

Se coloco su traje sin prisas, si sus padres querían tenerlo ahí presentable tendrían que esperar un poco más, acomodo su cabello y anudó sus zapatos.

Salir de la habitación y empezar a caminar al salón era sentirse cada vez un poco más pesado y asfixiado, sin embargo, su semblante jamás falló, siempre serio y con el rostro en alto, de ahí todo seria hacerlo en un modo casi automático que había aprendido.

Presentar, saludar, recordar nombres y apellidos, usar datos generales para una pequeña interacción, y pasar a los siguientes invitados.

Había muchísimas chicas de su edad en preciosos vestidos y joyería fina, con maquillajes perfectos y tocados a juego, pensar que debía elegir a algunas de ella le había más difícil respirar.

—Si me disculpan — Interrumpió en ese momento, porque si tenía que saludar a alguna persona más él iba a vomitar. Así que no lo pensó tanto y buscó la salida más cercana a los jardines, la noche era refrescante y cuando por fin pudo sentir sus pulmones llenos de aire freso, sonrió aliviado.

Solo unos minutos, solo eso necesito.

Cuando abrió sus ojos, ahora ya más tranquilo, se sorprendió un poco de saberse que no era el único ahí, un chico que tal vez podría pasarle unos años estaba recargado en una de las paredes que daban a las escaleras principales, se acercó un poco penoso.

—¿Disfrutando de la fiesta? — Preguntó con sarcasmo, el chico no cambió su semblante ni por un segundo, era más alto que él, su piel blanquecina casi llegando a grisácea, su cabello siendo un poco más largo de los lardos empezaba a querer caer, tapando un poco parte de su rostro, nariz ganchuda, labios delgados y unos ojos pequeños y oscuros casi llegando al negro que parecían mirar todo con indiferencia o aburrimiento. No estaba seguro de si así era su cara o simplemente estaba enojado

—Tanto como tu — Contestó simple, Regulus se sorprendió un poco al ser tuteado, la mayoría de las personas lo trataban con una educación rayando a lo desesperante, el joven frente a él parecia no conocerlo de ningún lado, no estuvo seguro de primera instancia porque eso le gustó.

—A veces puedo sentirme un poco... encerrado.

—No te culpo, vine aquí por obligación — Ahora el chico lo miraba con un poco de curiosidad — Mi prima esta allá dentro y yo tendré que seguir aquí esperando que nadie me vea por accidente y me pregunte si estoy disfrutando de la fiesta.

Regulus no pudo ni quiso evitar reírse, él ahora mismo no recordaba la última vez que lo había hecho con tanta naturalidad.

—Eso sería algo terrible.

Tal vez las luces y la oscuridad le estaban dando una mala jugada, pero creyó ver algo que se acercaba a una sonrisa en la boca del chico del cual no conocía su nombre. ¿El debería decirle el suyo, lo reconocería si se lo dijera?

No pudo llegar a ninguna conclusión, pues desde las puertas de roble pudo ver salir a uno de los empleados de su padre, mirándolo con recelo, y diciéndole sin palabras que tenía que regresar adentro, ya.

Y aunque el más alto no dijo nada, sabía que había visto esa señal. Él ahora se encontraba queriendo un poco más de ese chico salido de la nada, tal vez eso fue lo que le dio el impulso que pocas veces reunía.

—Sería un honor si aceptas un baile conmigo — Dejo su mano extendida.

Ahora sí que podía ver alguna expresión en su cara, una de completa sorpresa y un ligero rubor que apenas y se alcanzaba a notar, ahora se daba cuenta de que estaban un poco más cerca de lo normal.

Lo pensó lo que pareció una eternidad, hasta que finalmente aceptó su mano y empezaron a subir la escalinata hasta el salón, específicamente el centro de la pista.

Tenías que ser idiota o muy despistado para no sentir el mundo de miradas sobre ti, muchos también eran jadeos de chicas con sus ilusiones rotas, no pudo importarle menos, no cuando sentía su piel cosquillear donde tomaban su mano.

Cuando estuvieron cara a cara, ambos hicieron una reverencia, y cuando el chico poso su mano en su cintura para acercarlo a él, sintió el calor subir hasta sus orejas.

Jamás había bailado en el lugar de la chica, pero sinceramente, no le molesto en lo absoluto.

De hecho, jamás se había sentido tan cómodo en los brazos de alguien, tal vez después de todo si era tan simple como elegir a alguien para bailar con él.

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Ay los bailes, son todo un tema, literalmente.

Que yo no se ustedes, pero yo me imagino a Severus como el del fancast y uff.

Y Regulus... bueno, ya saben.