Los cuentos ciegan la realidad, nada es como lo escriben.
La bestia era el mounstro y la bella la víctima.
Aqui no.
¿Te atreves a conocerla?
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Novela con contenido +21, no apto para personas que no saben separar la realidad de la f...
Firmo otro papel y mi mano ya esta acalambrada, todo esto la revelación de mi identidad me tiene ocupada casi todo el día.
A pesar de ya días de toda la euforia, la prensa no da piedad y los magnates menos, todos quieren comprar una acción, invertir y otros han sido descarados al querer comprar mi empresa. Se han dejado llevar por el “valor” que según tiene mi empresa.
No he visto a Esteban pero se donde va en su hora de comida, al departamento de Oriana.
Yo le dije que no podía hacerme estúpida pero aún no lo ha entendido. Mi celular se enciende mostrando una llamada entrante.
Contesto sonriente.
—Pequeña. —saludo.
—Hola A.
—¿como te esta yendo?
—Super bien, me encanta este lugar, gracias por traerme aquí.
—Sabes que todo lo que tendrás será por algo pequeña.
—Lo sé A, y ya quiero que suceda. Quiero que sientan lo que yo siento.
—Lo sentirán pequeña, créeme. No olvides que en este mundo no debes confiar en nadie.
Escucho un si y me despido, suspirando miro hacia al frente.
—Y menos en un mounstro que te brinda su mano— lanzo al viento una verdad a nada de ser realidad.
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Al entrar al penthouse veo a Esteban tecleando en un computador, alcanzo a ver números. «Esta haciendo una transacción»
—¿a quién le mandas mi dinero? —se sobresalta cerrando el computador.
Se levanta dándose vuelta, quedando cara a cara conmigo.
—Y-yo, yo...
—No tengo paciencia últimamente Esteban, habla.
Agacha su cabeza, en total inocencia y culpabilidad. La inocencia ya no me la trago.
—Le mando dinero a mi familia. —confiesa algo que es mentira, sonrió y camino hacia él.
—Aww mi bebé, siendo un buen hijo —acaricio su cara, todo en él es perfecto ¡carajo! —Eres un buen niño Esteban.
